Valenci¨¤ y castigo
El magistrado era pulcro y latinista; ten¨ªa las mand¨ªbulas como esculpidas por Lisipo, aunque exhalaban un tenue aroma a after shave de marca. El magistrado declamaba apasionadamente los hex¨¢metros de Virgilio, bajo el agua tibia de la ducha, pero desconoc¨ªa el verso de Ausi¨¤s March. Un d¨ªa, el magistrado descubri¨® el esplendor de su destino en el C¨®digo Penal y el orden de toda la creaci¨®n en el frontispicio del Palacio de Justicia, bajo una matrona, una balanza y una m¨¢xima chapada en oro: Dura lex, sed lex. M¨¢s all¨¢, se extend¨ªan la insumisi¨®n y el caos, el delito y la culpa. De modo que cuando los guardias llevaron a su presencia a aquel joven que hab¨ªa escrito en un muro parlem valenci¨¤, el magistrado solemnemente interpret¨® la ley, y lo envi¨® a prisi¨®n, por su transgresi¨®n. No estaba muy seguro del significado de aquellas palabras, pero s¨ª de que no figuraban en los repertorios de las lenguas imperiales. Sin embargo, y como no encontr¨® argumento que justificara el castigo, fundament¨® la sentencia en el 'deslucimiento de bienes inmuebles', que hab¨ªa ocasionado con su impertinente proceder.
Y la ciudad, como tantas otras, era un gran mural de pintadas y pinturas, de grafitis y s¨ªmbolos agresivos, de mensajes y avisos, de frases y dibujos er¨®ticos, y de escasa pedagog¨ªa civil. En las paredes de los edificios p¨²blicos y privados, se ejerc¨ªa el derecho a la libertad de expresi¨®n, pero tambi¨¦n se incendiaban los aerosoles del racismo, sin que la vigilancia policial se mostrara demasiado diligente a la hora de proceder contra quienes s¨ª lesionaban, y sin disimulo, el C¨®digo Penal. Aquel joven s¨®lo hab¨ªa escrito parlem valenci¨¤, o sea, que no hab¨ªa hecho m¨¢s que recordar y recomendar la pr¨¢ctica de un derecho constitucional y estatutario. Pero, qu¨¦ atrevimiento, desluci¨® un inmueble escolar. Y ese fue su crimen. Si en lugar de valenci¨¤, hubiera puesto lat¨ªn o espa?ol, qui¨¦n sabe si la cosa se hubiera resuelto sin tanta y tan sospechosa severidad. Y eso que se lo advirtieron: cuidado donde pintas, que hay fachas y fachadas.
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