A Gasol le sobra Jason
Brevin Knight es un peque?o (1,77 metros), veloz y honrado base que tuvo sus 15 minutos de gloria cuando jugaba en la Universidad de Stanford. Su trayectoria en la NBA ha sido descendente desde su apreciable primera temporada en los Cavaliers de Cleveland, en los que se encontr¨® con la oposici¨®n del espl¨¦ndido Andre Miller -jugador de primer orden que puede pudrirse en un equipo sin futuro- y con una penosa sucesi¨®n de lesiones que termin¨® por convertirlo en moneda de cambio. De Cleveland pas¨® a Atlanta y de all¨ª a Memphis. Su retrato estaba hecho: jugador de perfil bajo, suplente de profesi¨®n.
En el mismo equipo que Knight juega un disparatado base de perfiles muy acentuados, uno que causa muchos m¨¢s problemas de los que soluciona. Es Jason Williams, famoso pirot¨¦cnico del baloncesto que hace de su oficio de base una pompa de jab¨®n. Pompa que deriva en bomba y que estalla en el equipo. Si a trav¨¦s de un base los equipos tiran los hilos que dan cohesi¨®n al juego, que ponen en marcha los sutiles mecanismos de la solidaridad, que funcionan como extensi¨®n de los entrenadores en la pista, Williams, entonces, es una ruina. Mientras todav¨ªa existe un debate sobre si es m¨¢s divertido presenciar una exhibici¨®n de una foca con la pelota en la nariz o celebrar la trivialidad prestidigitadora de Williams, la realidad avanza en contra suya y a favor de Knight.
Un grano no hace granero, pero Knight jug¨® ayer como titular precisamente en el puesto de Williams, inhabilitado por un u?ero y por su cr¨ªtica situaci¨®n en el equipo. Knight hizo lo que ha hecho toda la temporada, pero con un poco m¨¢s de fe en s¨ª mismo. Es decir, tuvo mejores n¨²meros que Williams en todos los apartados del juego. Ya los ten¨ªa antes, pero jugaba poco. Le superaba en acierto en el tiro -algo bastante sencillo porque su colega es el base con peor porcentaje de la NBA, triste evidencia que no le impide presentarse como el tercer jugador que m¨¢s lanza a canasta-, en robos de bal¨®n por minuto y en asistencias por minuto. Si la cosa va como parece, los jugadores de los Grizzlies van a pedir por aclamaci¨®n que Knight ocupe el puesto de titular. Frente a los Clippers anot¨® 19 puntos -la mitad de ellos, en tiros libres, faceta important¨ªsima que Williams desconoce: 1,8 tiros libres por partido-, dio 15 asistencias, rob¨® dos balones y s¨®lo perdi¨® uno. Pero a eso, que ya es mucho, a?adi¨® los intangibles que diferencian a un base de un c¨®mico de la pelota. No fue casualidad que seis jugadores de los Grizzlies anotaran m¨¢s de diez puntos. Hubo, por lo tanto, reparto de esfuerzos y de responsabilidades, hubo alguien que distribuy¨® el bal¨®n con criterio, hubo alguien que pens¨® en el equipo por encima de todo. Ni tan siquiera es necesario que se sea un superbase. Basta con Knight, uno que pretende mejorar a los que juegan a su lado y no destruirles en la pista como le ocurre al otro.
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