El 'malvado' Kevin Spacey borda un personaje angelical
Milos Forman presenta su 'Amadeus' integral
El cineasta sueco Lasse Hallstr?m, enrolado en el cine estadounidense, despliega en The shipping news su lado dulz¨®n. La pel¨ªcula funciona a ratos y es un pastel amorfo y con demasiados ingredientes no engarzados. Pero el reparto de esta tarta tiene una bonita guinda: la riqueza de registros de Kevin Spacey, que oculta su lado oscuro, duro y malvado, y borda un personaje suave, un bobo amistoso y angelical.
Tambi¨¦n bobo, pero no precisamente angelical, es el Mozart convertido en un rid¨ªculo pelele por el (es un decir) actor Tom Hulce en la brillante y premiad¨ªsima -se llev¨® nada menos que ocho oscars, entre ellos el de mejor direcci¨®n y mejor pel¨ªcula de 1984- Amadeus, que su director, el checo Milos Forman, instalado desde hace d¨¦cadas en Hollywood, trajo ayer aqu¨ª en su in¨¦dita versi¨®n integral, de tres horas de duraci¨®n, que contiene casi 30 minutos a?adidos a la archiconocida de dos horas y media largas.
La c¨¦lebre pel¨ªcula no tiene como destino su inmediata resurrecci¨®n en las salas de cine, ni busca una nueva carrera dentro de las carteleras convencionales. Busca el estuche -que hay ocasiones en que hace las veces de ata¨²d- del DVD en que se quiere dar por culminada, o tal vez concluida, su existencia. Son tres largas horas de cine bien hecho, bien fabricado, pero del que s¨®lo parecen estar destinadas a quedar, a sobrevivir, las sombras de la fastuosa maquinaria de producci¨®n de Paul Zaentz y la hora escasa que Murray Abraham necesita para esculpir con exquisito oficio su composici¨®n del retorcido y siniestro Antonio Salieri.
Y, retrocediendo a The shipping news, hay que recordar que Kevin Spacey no est¨¢ solo en su recital, sino que obtiene eminentes r¨¦plicas de tres magn¨ªficas mujeres, su compatriota Julianne Moore, la brit¨¢nica Judi Dench y la australiana Cate Blanchett, con las que compone un cuarteto de talentos que en parte, s¨®lo en parte, compensa los abultados desequilibrios que padece, sin duda por exceso de fidelidad, la adaptaci¨®n por Robert Nelson Jacobs de la novela de Annie Proulx. El mal compuesto gui¨®n empantana la pantalla con intransitables atm¨®sferas de textura malamente libresca, y con un agolpamiento espeso e indigerible de variantes, y m¨¢s variantes, dentro del entramado argumental, que acaba convirti¨¦ndose en un galimat¨ªas embarullado y tedioso.
Az¨²car cinematogr¨¢fico
El cineasta sueco Lasse Hallstr?m, que ya empach¨® aqu¨ª el a?o pasado con su cursil¨®n delirio de Chocolate, recupera su peligrosa afici¨®n al az¨²car cinematogr¨¢fico en The sipping news, y hace un trabajo de direcci¨®n muy impreciso, deslavazado, blando y completamente arr¨ªtmico, es decir, indigno del que hizo recias y magn¨ªficas incursiones en los enigmas del comportamiento en Mi vida como perro y Las normas de la casa de la sidra, donde -adem¨¢s de llegar mucho m¨¢s all¨¢ de donde llegan sus pretextos novelescos, cosa que aqu¨ª no ocurre- no hay ni una sola gota de alm¨ªbar que no est¨¦ severamente sopesada y m¨¢s tarde desvelada como ingrediente necesario, imprescindible para la composici¨®n del filme como conjunto. En cambio, el az¨²car de esta pel¨ªcula, como el que rebosaba en Chocolate, est¨¢ lamentablemente escorado hacia lo arbitrario y, peor a¨²n, lo contemporizador, para as¨ª facilitar una resoluci¨®n dulce de un asunto amargo y un tratamiento algodonoso de un suceso ¨¢spero.
Cerr¨® el d¨ªa la pel¨ªcula h¨²ngara titulada Tentaciones, que es una historia de absoluta inanidad, adem¨¢s de una inexplicable intrusa dentro de una selecci¨®n de filmes que pretende ser representativa de lo m¨¢s vivo y renovador que se hace hoy en todo el mundo. No da la talla m¨ªnima, como tampoco la da la empanada alemana titulada Der felsen. Ambas rozan la pura y simple incapacidad del cine de aficionados.
Babelia
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