'El problema es el tiempo'

'Estoy bien. Todo est¨¢ preparado: lo f¨ªsico, lo mental y el material. El problema es el tiempo', dice Johann Muehlegg, el esquiador espa?ol de origen alem¨¢n que aspira hoy (17.30, La 2), en los 50 kil¨®metros estilo cl¨¢sico (esqu¨ªs en paralelo), a su tercera medalla de oro en los Juegos, la que convertir¨ªa sus haza?as en una leyenda dif¨ªcil de igualar. No en vano ya ha mejorado en esta cita todos los logros espa?oles en las anteriores: el oro de Francisco Fern¨¢ndez Ochoa en Sapporo 72 y el bronce de su hermana Blanca en Albertville 92, ambos en el eslalon. Pero es que, adem¨¢s, ser¨ªa el ¨²nico espa?ol con tres t¨ªtulos ol¨ªmpicos, por delante de los regatistas Theresa Zabell y Luis Doreste, que llevan dos.

Muehlegg, un estajanovista, pretende tenerlo todo bajo control. Es un profesional al que s¨®lo le interesa su trabajo: 'A m¨ª no me importa lo que digan. Yo me concentro en mi labor. S¨®lo me interesa el deporte en la pista'. Por eso lo ¨²nico que no puede controlar, las circunstancias meteorol¨®gicas, le obsesiona: 'No har¨¢ sol. Me preocupa cu¨¢nto vaya a cambiar el tiempo y si nieva mucho o poco. Me gustar¨ªa una pista dura, no blanda, mejor para los noruegos'.

Porque ¨¦stos son siempre rivales a tener en cuenta. Ah¨ª est¨¢n Frode Estil, que lleva tres medallas, dos de plata y una de oro en relevos; Anders Aukland y Erling Jevne. Y tambi¨¦n, el sueco Per Elofsson, que corre el riesgo de irse de vac¨ªo cuando vino como el n¨²mero uno. 'Pero el m¨¢s peligroso, con el austriaco Mijail Botvinov, quiz¨¢ sea Anders Veerpalu, el estonio', reflexiona Juanito; 'gan¨® los 15 kil¨®metros aqu¨ª y tambi¨¦n los 30 en los Campeonatos del Mundo de Lahti 2001, siempre en estilo cl¨¢sico'.

La marat¨®n del esqu¨ª, en efecto, se disputa esta vez en el estilo cl¨¢sico, que no le va tan bien a Muehlegg como el libre (esqu¨ªs en cu?a, patinando), con el que triunf¨® en Lathi en una exhibici¨®n de calidad y resistencia, pues las temperaturas rondaron los 20 grados bajo cero. El fr¨ªo no ser¨¢ tan duro aqu¨ª, pero s¨ª el terreno. Y a ¨¦l s¨ª le va su explosiva gran forma, como ya demostr¨® en los primeros 10 kil¨®metros (cl¨¢sico) de la persecuci¨®n. Porque, si en tan poca distancia fue el mejor, ahora que es qu¨ªntuple podr¨¢ imponer a¨²n m¨¢s sus dotes de maratoniano nato.

El circuito, al que habr¨¢ que dar tres vueltas, tiene 16,7 kil¨®metros y cotas de 1.740 metros, con subidas tremendas que s¨®lo un superman entrenado en altitud como Muehlegg puede resistir. Como de costumbre, tiene prevista su t¨¢ctica: 'No, no atacar¨¦ tan pronto esta vez. Lo importante en una carrera tan larga es esquiar t¨¦cnicamente bien y con el mismo ritmo porque se gastan muchas calor¨ªas'. Para recuperarse tomar¨¢ agua con glucosa, sales y caf¨¦s cada 5.000 o 6.000 metros.

Algo fundamental, relacionado con el tiempo, volver¨¢ a ser la elecci¨®n del material: los esqu¨ªs apropiados si la nieve es reci¨¦n ca¨ªda, m¨¢s blanda, o la denominada transformada, que lleva m¨¢s horas y cuyas propiedades var¨ªan seg¨²n la temperatura y la humedad. Y, aparte de los esqu¨ªs, con la flexibilidad apropiada, quedar¨¢ a¨²n otro detalle clave: el de las ceras para el deslizamiento. Toda una obra de orfebrer¨ªa para que Muehlegg ponga luego, seg¨²n sus propias palabras, su motor turbodiesel.