'Un edificio debe plantear preguntas, no responderlas'
Peter Eisenman (Newark, 1932) ha visitado Barcelona para hacer lo que le ha reportado una fama de proyectista extraordinario: debatir sobre arquitectura. Lleg¨® a la Ciudad Condal, para discutir con Rafael Moneo, rodeado de colegas y estudiantes. Era su forma de homenajear a otro arquitecto amigo de la discusi¨®n y el debate, el desaparecido Ignasi de Sol¨¢-Morales, fallecido hace ahora un a?o.
PREGUNTA. Usted dedic¨® muchos a?os a buscar una vanguardia arquitect¨®nica genuinamente americana. ?Sus trabajos actuales son el resultado de esa b¨²squeda?
RESPUESTA. No buscaba exactamente una vanguardia, buscaba sentido cr¨ªtico. Quer¨ªa cuestionar la belleza cl¨¢sica, la organizaci¨®n funcional. Buscaba encontrar un t¨¦rmino capaz de definir la cultura americana que no fuera simple aceptaci¨®n de lo que ven¨ªa ya dado. Lo que hago como arquitecto es hacerme preguntas. No existe una relaci¨®n lineal entre lo que conoces, lo que defines y lo que haces, pero siempre me he hecho preguntas, ¨¦se es el nexo. Hoy s¨¦ que la diferencia entre el resto de las artes y la arquitectura es que ¨¦sta se mueve entre dos responsabilidades, la que contraes con la propia disciplina y la que te une al cliente, y que esa bicefal¨ªa afecta a la forma de los edificios.
'Tras los hechos del 11 de septiembre, los arquitectos vamos a tener que pensar otra manera de imaginar los edificios'
P. Se ha mantenido como un agitador del debate arquitect¨®nico. Superado el deconstructivismo, parece que en su pa¨ªs han recuperado una filosof¨ªa genuinamente americana, el pragmatismo.
R. Estoy en contra. Para m¨ª siempre existir¨¢ una metaf¨ªsica de la arquitectura. Eso es lo ¨²nico persistente, lo ¨²nico que regresa, con el paso del tiempo, en los mejores edificios. A Richard Rorty, el m¨¢ximo abogado del pragmatismo filos¨®fico, siempre le contesto que los arquitectos necesitamos la metaf¨ªsica del pragmatismo. Los pragm¨¢ticos aseguran que lo que no se vende en el mercado no es un ¨¦xito. Es decir, la aceptaci¨®n popular de un edificio es lo que mide su ¨¦xito y equiparan ¨¦xito a calidad.
P. ?Qu¨¦ bar¨®metro emplea para medir la bondad de un edificio?
R. La duda. Un edificio debe plantear preguntas, no responderlas.
P. Desde fuera las ideas para una arquitectura pragm¨¢tica parecen de sentido com¨²n: solucionar problemas, tratar a los edificios como un objeto en proceso, no como proyectos terminados...
R. S¨ª, pero el sentido com¨²n tiene poco que ver con la arquitectura. Los mejores edificios siempre tienen problemas con el sentido com¨²n, lo cuestionan. El pragmatismo asume que la arquitectura existe para solucionar problemas cuando la mejor arquitectura crea problemas. Antes de la Revoluci¨®n Francesa nadie cre¨ªa que la arquitectura sirviese para solucionar problemas. La arquitectura era una manifestaci¨®n de poder. Tras la Revoluci¨®n Francesa, la figura del arquitecto se transform¨®. Dej¨® de ser un artista para convertirse en una especie de san Jorge que deb¨ªa vencer al drag¨®n de la corrupci¨®n y la jerarqu¨ªa y as¨ª aparecieron instituciones como colegios, prisiones, f¨¢bricas y hospitales: proyectos sociales que transformaron a los antiguos artistas arquitectos en agentes sociales. Piranesi, Bramante, Borromini, Le Corbusier... los mejores arquitectos han sido gente que se complic¨® la vida.
P. Al hablar de la mejor arquitectura siempre lo hace con ejemplos europeos.
R. En mi pa¨ªs no existi¨® la cultura arquitect¨®nica hasta que Venturi escribi¨® sus libros. Complejidad y contradicci¨®n en la arquitectura y Aprendiendo de Las Vegas. El resto carec¨ªa de discurso.
P. ?Ni siquiera Frank Lloyd Wright?
R. Wright fue un hombre en el desierto, un expresionista del desierto. En Espa?a hay una gran cultura sobre Gaud¨ª, pero no es una de las grandes figuras arquitect¨®nicas. S¨®lo me interesan los arquitectos con una ideolog¨ªa consistente, con un discurso razonado. Jos¨¦ Luis Sert lo tuvo y en ciertos momentos Viaplana, Miralles, Moneo o S¨¢enz de O¨ªza. El resto pueden ser buenos o malos, pero no han cuestionado nada y, por tanto, no han aportado nada que los transcienda. Para aportar algo se debe cuestionar el status quo. Cuando comenz¨® Wright hizo buenas casas, luego para continuar lo que tanto hab¨ªa gustado no se le ocurri¨® nada mejor que repetirse hasta la saciedad.
P. ?No le pasa eso a todo el mundo?
R. Querer gustar s¨ª, pero repetirse hasta la saciedad s¨®lo a los que envejecen y dejan de crecer. Por eso, para m¨ª, Loos es un arquitecto m¨¢s importante que Wright. Fue el Sch?nberg de la arquitectura. Me interesan los arquitectos capaces de preparar el terreno para que otros hagan cosas.
P. Usted es neoyorquino, ?c¨®mo juzga la reacci¨®n de su Gobierno tras el 11-S?
R. Tenemos un presidente que es un cowboy. En EE UU existe una mentalidad tipo John Wayne de 'vamos a por ellos', y eso es lo que est¨¢ ocurriendo. Est¨¢n arrasando Afganist¨¢n y ?qu¨¦ han conseguido? Furia. Es f¨¢cil destrozar y matar y lo terrible del terrorismo es que no se puede hacer nada. No puedes reaccionar y eso es inhumano. Si alguien te pega puedes no responder de la mejor manera imaginable. El mundo hoy es modernidad contra fundamentalismo. Pero llegado a un extremo no es cuesti¨®n de tener raz¨®n o no. No hay raz¨®n que justifique que maten a tu hijo mientras est¨¢ sentado tomando un refresco.
P. ?Afecta eso a la arquitectura?
R. El terrorismo ha existido siempre, pero ning¨²n terrorista hab¨ªa borrado del mapa dos edificios. Am¨¦rica no hab¨ªa tenido tantos muertos desde la guerra civil en 1862. Eso convierte el 11-S en un momento definitivo que marca un antes y un despu¨¦s en la historia y en la arquitectura.
P. ?Por qu¨¦?
R. Es la primera vez que un gran acontecimiento, que las televisiones no hab¨ªan previsto, se transmite en directo. ?C¨®mo se puede representar algo que ha sido tan visto, tan difundido? Hablan de construir un memorial. ?C¨®mo puedes hacer algo as¨ª cuando no queda nada por imaginar? La televisi¨®n mata la imaginaci¨®n. La arquitectura se ha encargado siempre de representar la imaginaci¨®n, pero cuando la imaginaci¨®n se comporta tan desp¨®ticamente con la imagen no queda nada que imaginar. Los arquitectos vamos a tener que pensar otra manera de imaginar los edificios.
P. ?Cu¨¢l?
R. No lo s¨¦. Tengo preguntas pero no respuestas. La televisi¨®n ha robado a la arquitectura el impacto de la imagen. Deberemos explorar otros campos m¨¢s all¨¢ del visual.
P. Sus ¨²ltimos edificios ya lo hacen. Han abandonado las formas para convertirse en territorios. Son m¨¢s org¨¢nicos que fraccionados.
R. Con la Ciudad de la Cultura que construyo en Santiago he tratado de crear un palimpsesto, un edificio cuyo impacto no sea visual. Un lugar que funcione a capas, como una cartograf¨ªa de la topograf¨ªa del lugar, de la ciudad medieval y de la ampliaci¨®n moderna. Me encargaron un gran edificio y estamos excavando un territorio.
Las dos vidas de un arquitecto
PETER EISENMAN lleg¨® pronto a la arquitectura y tarde a la construcci¨®n. Este norteamericano se doctor¨® en Cambridge y esa estancia en Europa marc¨® su educaci¨®n, su manera de ver el mundo y su arquitectura. Cuando con 50 a?os decidi¨® abrir un estudio ya hab¨ªa dado clase en las universidades m¨¢s prestigiosas del planeta, de sus manos hab¨ªa nacido la revista Oppositions -el veh¨ªculo del debate arquitect¨®nico de su pa¨ªs de los a?os setenta- y de su voluntad hab¨ªa surgido el Institute for Architecture and Urban Studies, una academia para la cr¨ªtica arquitect¨®nica. Se manten¨ªa adem¨¢s como una figura clave en el discurso deconstructivista. Tras una d¨¦cada de ensayos dom¨¦sticos el arquitecto entr¨® en crisis. Sus proyectos se exhib¨ªan en la Bienal de Venecia, pero un cliente lo acusaba de tener m¨¢s inter¨¦s en investigar que en construir su casa. Eisenman encaj¨® la cr¨ªtica. Su respuesta fue abandonar la teor¨ªa y concentrarse en la pr¨¢ctica. Comenz¨® a participar en concursos. Con el tiempo le llegaron los grandes encargos y con ellos las grandes responsabilidades. Al Centro Wexner en la Universidad de Ohio sigui¨® el edificio de oficinas Koizumi Sangyo en Tokio. Hoy, desde los 70 a?os, contempla su vida como un c¨²mulo de azares, pero su arquitectura se ha tornado m¨¢s org¨¢nica, m¨¢s arraigada, m¨¢s s¨®lida.
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