Mariss Jansons demuestra en Salzburgo su raza de pura sangre sinf¨®nico con la 'Tercera' de Mendelssohn
La tradicional serie de tres conciertos de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn en el Festival de Pascua de Salzburgo tiene este a?o como directores a Mariss Jansons, Christian Thielemann y Claudio Abbado. El primero de estos conciertos, con la batuta del ex director de la Sinf¨®nica de Oslo y pr¨®ximo sustituto de Maazel en la de la Radio de Baviera, ha sido excelente. Jansons es un pura sangre sinf¨®nico y la Filarm¨®nica de Berl¨ªn tiene la habilidad de que por mucho que se introduzcan cambios en sus filas la opulencia del sonido y el equilibrio entre secciones no se resienten.
Jansons y los berlineses hicieron una versi¨®n de la Tercera de Mendelssohn primorosa. Por concepto, por continuidad, por elegancia, por refinamiento del sonido, por la sensaci¨®n de espontaneidad que desprend¨ªa. La cuerda, por ejemplo, sonaba con una dulzura nada empalagosa y creaba una sensaci¨®n envolvente que arrastaba a todas las secciones. En ning¨²n momento Jansons ca¨ªa en el m¨¢s m¨ªnimo atisbo de rutina. Todo flu¨ªa con espontaneidad, con vitalidad y, al final, uno se quedaba con la sensaci¨®n de vivir una experiencia de descubrimiento. ?C¨®mo mim¨® el director cada frase y c¨®mo la orquesta se dej¨® llevar!
Pasar en estas condiciones de Mendelssohn a Richard Strauss es como aparcar un buen vino blanco -un Chivite 125 a?os o un Belondrade y Lurton, pongamos por caso- para saborear un tinto complejo -La Ermita, por ejemplo, para no salirnos de las comparaciones espa?olas-. Y es que la m¨²sica de los poemas sinf¨®nicos de Strauss tiene algo de voluptuosa, pero si se hace bien no se sube a la cabeza. Jansons bord¨® el popular Ein Heldenleben a base de insinuaciones, de una fabulosa dosificaci¨®n de los efectos, de un virtuosismo sonoro siempre rigurosamente controlado, en suma, de inteligencia. Fue un concierto memorable que reivindica, por si hac¨ªa falta, a Mariss Jansons como uno de los directores sinf¨®nicos m¨¢s competentes en estos primeros compases del siglo XXI y ratifica que la Filarm¨®nica de Berl¨ªn sigue estando en lo m¨¢s alto.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.