Alivio y condena
Coche bomba en la Universidad de Navarra, la del Opus. Me acuerdo de personas concretas, con su nombre y su mirada. Lo siento por ellos. No hay v¨ªctimas mortales; algunos heridos y cuantiosos da?os materiales. El aviso ha llegado a tiempo y ha sido preciso. Algo es algo. No desprecio la diferencia, pero sigue siendo pura estrategia, o simple fortuna. Pan para hoy y hambre para ma?ana.
Vuelve la m¨ªnima tranquilidad y, con ella, la desaz¨®n de fondo, la desilusi¨®n, el hast¨ªo. Otra vez lo mismo, ?hasta cu¨¢ndo nos mereceremos esto? ?Qu¨¦ digo merecer! ?Hasta cu¨¢ndo nos obligar¨¢n a soportar su peculiar dictadura? ?Qui¨¦n podr¨¢ sentirse libre si nunca ha hecho la prueba de decirles no?
Jos¨¦ Ignacio Calleja, decano de la Facultad de Teolog¨ªa de Vitoria-Gasteiz.
Clamor popular
Ya se sabe que hay tres clases de mentiras: las grandes, las peque?as y la estad¨ªstica. Pero por mucho que se haya puesto de moda toquetear las estad¨ªsticas para que digan lo que se quiere que digan, es decir, lo pol¨ªticamente correcto (o conveniente), tanto en paro como en IPC, hay una realidad en la calle que se va imponiendo implacable: desde la implantaci¨®n del euro no hay quien llegue a fin de mes. Es ya un clamor popular que resuena en tiendas y mercados, aunque, afortunadamente para el Gobierno, la ciudadan¨ªa no est¨¢ a¨²n lo suficientemente organizada como para hac¨¦rselo saber. Pero no se preocupen, que todo llegar¨¢. Mientras tanto, que lo pasen ustedes muy bien con la Rosa, el triunfo, la Copa de no s¨¦ qu¨¦ y el ¨²ltimo l¨ªo de faldas de no s¨¦ qui¨¦n. Camar¨®n que se duerme se lo lleva la corriente, y el que avisa no es traidor.
David Sempau. Benalm¨¢dena, M¨¢laga
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