Del t¨²nel del tiempo al peinado de la princesa Leia
'EL T?NEL DEL TIEMPO' ES una serie de televisi¨®n del productor Irvin Allen, conocido por su habilidad para reciclar materiales usados en otras series y pel¨ªculas.
En sus viajes por lo largo y ancho del r¨ªo del tiempo, el inventor de la m¨¢quina del tiempo (un sugerente t¨²nel), el doctor Tony Newman y su ayudante, el doctor Doug Phillips, visitaban lugares clave y peligrosos del pasado: la cubierta del Titanic momentos antes de su hundimiento; los alrededores del volc¨¢n Krakatoa justo antes de su estremecedora explosi¨®n. Y se topaban con personajes hist¨®ricos: Robin Hood, Billy el Ni?o, Merl¨ªn e incluso el fantasma de Ner¨®n. En contadas ocasiones, les dio por ir al futuro. Pel¨ªculas futuristas para reciclar, ya se sabe, no hay tantas, en comparaci¨®n.
Pese a la disponibilidad de una m¨¢quina para viajar por el tiempo, los protagonistas no consegu¨ªan nunca alterar el pasado. El Titanic se hund¨ªa sin remisi¨®n y el Krakatoa terminaba por explotar, mientras regresaban ilesos hasta el presente. No se originaba, por tanto, ninguna paradoja temporal. De disponer de una m¨¢quina tan fascinante m¨¢s de uno, por aquellos tiempos, en Espa?a, le hubiese dado otro uso... Pero no es de viajes temporales, sino de la forma helicoidal del inolvidable T¨²nel, de lo que quer¨ªamos hablarles esta semana.
Vivimos rodeados de espirales y h¨¦lices. Una espiral es una curva plana y abierta que da vueltas alrededor de un punto fijo (origen) alej¨¢ndose o acerc¨¢ndose continuamente a ¨¦l seg¨²n una cierta ley. La espiral de Arqu¨ªmedes es la m¨¢s sencilla de todas: su radio var¨ªa de forma proporcional al ¨¢ngulo girado. Esta curva es la trayectoria que, vista desde fuera, seguir¨ªa una hormiga que avanzase a velocidad constante hacia la periferia sobre la superficie un disco que gira sobre un tocadiscos a una velocidad angular constante.
Cuando se trata de almacenar algo, la espiral es la mejor opci¨®n. V¨¦ase si no, c¨®mo enrolla el elefante su trompa y de qu¨¦ forma se guardan desde el papel higi¨¦nico hasta las cintas de v¨ªdeo. Si la dependencia es exponencial y no lineal, la curva se aleja del origen cada vez m¨¢s deprisa. Se obtiene entonces una bella espiral logar¨ªtmica. La concha de un molusco como el Nautilus (el submarino del capit¨¢n Nemo, de Verne, se llamaba as¨ª) dibuja una espiral de este tipo. Estos animales crecen enroll¨¢ndose sobre s¨ª mismos, manteniendo siempre la misma forma. En lugar de conservar la misma distancia entre las vueltas, como ocurre en la espiral arquimediana, la sucesivas vueltas experimentan un aumento proporcional constante de su anchura. Es la curva del crecimiento.
Si nos atenemos a consideraciones puramente est¨¦ticas veremos emerger espirales en los tocados y peinados que lucen algunos famosos. Ya cl¨¢sicos (y algo pasados de moda, todo hay que decirlo) son el mech¨®n que ca¨ªa, indolente, en la frente de la popular (en su ¨¦poca) actriz Estrellita Castro. M¨¢s modernos, aunque no demasiado innovadores, son ese par de ensaimadas de cabello recogido que enmarcan la cara de la Princesa Leia en Star Wars.
Adem¨¢s de elemento est¨¦tico, la espiral es la clave del enredo (valga la palabra) en que se ve envuelto James Stewart junto a la enigm¨¢tica Kim Novak (?recuerdan c¨®mo llevaba recogido el cabello?) en el cl¨¢sico de Hitchcock V¨¦rtigo (1957). Su importancia es tal que el propio cartel de esta obra maestra, luce una magn¨ªfica espiral.
Los parientes tridimensionales de las espiras son las h¨¦lices. Se trata de curvas cuya recta tangente forma un ¨¢ngulo constante con una recta fija llamada eje. Son h¨¦lices: las espirales de los de los cuadernos, los muelles, los sacacorchos, los tornillos, los filamentos de las bombillas, los cuernos de ciertos rumiantes o las conchas de muchos moluscos. El enredoso cable del tel¨¦fono o los zarzillos que muchas plantas (madreselva, vid) emplean para anclarse, son tambi¨¦n h¨¦lices. Combinaciones de h¨¦lices son la estructura del ADN (doble h¨¦lice) y el cord¨®n umbilical (triple h¨¦lice). Para enrollarse (en t¨¦rminos f¨ªsicos) o sujetarse a algo, no hay mejor forma que la h¨¦lice.
Estas curvas que tanto la naturaleza como la tecnolog¨ªa emplean con profusi¨®n para resolver diferentes problemas f¨ªsicos sirven tambi¨¦n como fascinantes estructuras para despertar y explotar nuestro af¨¢n de enso?aci¨®n.
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