Luis Mateo D¨ªez: 'No me gusta la idea de Internet como entretenimiento'
El escritor se declara ferviente usuario del correo electr¨®nico, pero no consulta la Red
'No me gusta la idea de Internet como entretenimiento. No creo que la sociedad del ocio sobreviva en una pantalla de ordenador. Casi todo lo que ves da la impresi¨®n de algo ef¨ªmero. Como objeto de entretenimiento, a m¨ª no me interesa', dice el escritor Luis Mateo D¨ªez, de 59 a?os, que s¨®lo emplea el ordenador para escribir. 'No entro en Internet porque no lo necesito. Uso el correo electr¨®nico, naturalmente'.
D¨ªez acaba de publicar El oscurecer, editada por Ollero y Ramos. 'La novela completa la trilog¨ªa sobre un territorio que es Celama. Un remate a todo lo que yo hab¨ªa contado'. Aunque no se considera 'exageradamente mani¨¢tico', para escribir, compra unas libretas con las p¨¢ginas en blanco. 'La maceraci¨®n y la maduraci¨®n de mis novelas se produce en esos cuadernos.'
'Escribo las primeras frases con bastante seguridad, pero nunca las doy por buenas. Soy capaz de aburrir a la pantalla. Sigo al pie de la letra una cosa que dec¨ªa Conrad: No escribas la siguiente frase hasta que no est¨¦s plenamente convencido de la que acabas de escribir'.
Utiliza el ordenador desde hace 20 a?os. El ¨²ltimo lo compr¨® en 1998. 'Es un PC de sobremesa. Me gusta ver las cosas en una pantalla grande. El ordenador me da una sensaci¨®n de zozobra en el sentido de que necesito inmediatamente el papel'. A veces, la m¨¢quina le ha jugado una mala pasada y ha perdido un documento valioso. 'Ese tipo de p¨¦rdidas son muy frustrantes. En dos o tres ocasiones me he visto con el ordenador en las manos y la ventana abierta. Siempre son accidentes est¨²pidos'.
Utiliza la tecnolog¨ªa de forma interesada. S¨®lo emplea lo que necesita. 'El correo electr¨®nico me parece fascinante. Me gusta m¨¢s que el tel¨¦fono. Permite una comunicaci¨®n r¨¢pida. Poder enviar una novela o un cuento con un mero gesto t¨¢ctil es impresionante'.
'Estamos en los albores de la llamada revoluci¨®n tecnol¨®gica. Es dif¨ªcil tener conciencia de las transformaciones profundas que trae. Nos sentimos todos transformados. La revoluci¨®n afecta a todo y obviamente al lenguaje y a la manera de expresarnos', comenta D¨ªez, que es licenciado en Derecho y funcionario del Ayuntamiento de Madrid. En junio de 2000 fue elegido para ocupar el sill¨®n I de la Real Academia Espa?ola.
'Como dijo Cervantes, 'la lengua est¨¢ en la vida', no est¨¢ en la Academia ni en lo que escribimos. La Academia debe marcar unas pautas y cuidar de que no se estropeen. Tenemos una lengua expansiva que est¨¢ en un momento de creatividad y de gran riesgo de malformaci¨®n o de mal uso', explica.
'No llevo m¨®vil porque no lo necesito. No me gusta. Es un elemento de control de t¨ª mismo y de los dem¨¢s sobre t¨ª'.
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