Un cuarto de siglo viviendo del arte
El galerista Ignacio de Lassaletta cree que Catalu?a ha perdido peso art¨ªstico por desuni¨®n entre las instituciones
La galer¨ªa Ignacio de Lassaletta, de Barcelona, ha cumplido 25 a?os de existencia desde que abri¨® por primera vez las puertas de su espacio de la Rambla de Catalunya con una exposici¨®n de Benjam¨ªn Palencia. En un momento en que el negocio del arte barcelon¨¦s parece preparar su reconversi¨®n a base de alianzas y de f¨®rmulas alternativas de pervivencia en el mercado, su responsable y fundador, Ignacio de Lassaletta (Barcelona, 1929) defiende el modelo cl¨¢sico de galerista: ilusi¨®n en su trabajo, y fe y sinton¨ªa con sus artistas.
'Catalu?a es creativamente la primera comunidad en todo el Estado. Pero nos han cogido el lugar de preeminencia a causa de la desuni¨®n que existe entre las instituciones y las fundaciones privadas', explica Ignacio de Lassaletta. Este galerista lamenta que los museos no hayan colaborado demasiado en fomentar el coleccionismo, la base de este negocio. 'Antes', explica, 'los museos presentaban exposiciones asequibles; ahora su oferta esta formada por grandes montajes que el coleccionista nunca comprar¨¢, lo cual ha creado una divergencia entre el coleccionismo de museos y el coleccionismo privado'
'Muchos galeristas y artistas estropearon su trayectoria por querer seguir las modas'
Lassaletta -¨¦l mismo un importante coleccionista de arte precolombino- no entiende que para muchos gestores de museos no cuenta el arte que no sea exclusivamente de estricta actualidad. 'No estoy de acuerdo en lo que dijo el director de un centro de arte de Barcelona: que para ¨¦l s¨®lo cuenta la creaci¨®n de los ¨²ltimos cinco minutos. S¨®lo hay un tipo de arte bueno, sea figurativo, abstracto o hecho con nuevos medios. No entiendo por qu¨¦ ahora la tecnolog¨ªa tiene que arrastrarlo todo'.
La ilusi¨®n y la pasi¨®n son las claves del trabajo de este galerista: 'No podr¨ªa trabajar con ning¨²n artista con quien no sintiera sinton¨ªa con su persona y su obra', dice mientras contempla un cuadro de V¨ªctor Mira, un creador con el que ha trabajado durante estos ¨²ltimos a?os y por el que siente una gran admiraci¨®n. La otra l¨ªnea b¨¢sica para ser un aut¨¦ntico galerista es, seg¨²n Lassaletta, no ir jam¨¢s en contra de la visi¨®n propia del arte. 'Muchos galeristas y no pocos artistas han estropeado su trayectoria por querer seguir las modas', asegura.
Lassaletta descubri¨® su vocaci¨®n de galerista como un aut¨¦ntico encuentro con el destino. 'Yo soy ingeniero textil', explica; 'con unos amigos, entre los que hab¨ªa Alicia de Larrocha, Conchita Badia, Luis Mar¨ªa Zunzunegui, Joan Alavedra y Rosa Sabat¨¦, creamos el Camarote Granados, en el hotel Manila, donde celebr¨¢bamos encuentros y charlas sobre m¨²sica. Un d¨ªa decidimos presentar tambi¨¦n exposiciones. El contacto con los cr¨ªticos y los artistas me descubri¨® mi aut¨¦ntico mundo'. Ignacio de Lassaletta abandon¨® entonces su profesi¨®n e inaugur¨® su galer¨ªa de la Rambla de Catalunya.
Piensa en el oficio de galerista no como un negocio cualquiera. 'Cuando vendo un cuadro, en lo ¨²ltimo que pienso es en el dinero', dice. Y tampoco entiende la raz¨®n por la que se abren tantas salas de arte. 'Me da la impresi¨®n de que algunos que se creen galeristas, o son tenderos, o ni?os de pap¨¢ ociosos'. Entre los artistas que han llenado sus salas se encuentran grandes nombres de la talla de Benjam¨ªn Palencia -el primero de ellos-, Guayasam¨ªn y Antoni T¨¤pies, y artistas consagrados como Miguel Cond¨¦, Jaume Plensa, Enric Pladevall, Rasero, Evru y Bores. Pero ahora que la galer¨ªa ya ha cumplido el cuarto de siglo, Lassaletta anuncia: 'Quiero mirar al futuro. Esta temporada orientar¨¦ mi programaci¨®n a artistas j¨®venes'.
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