Londres evita la quiebra de British Energy con 650 millones
La crisis de la mayor el¨¦ctrica nuclear cuestiona las privatizaciones
El Gobierno brit¨¢nico inyect¨® ayer 410 millones de libras (650 millones de euros) en British Energy para evitar su quiebra. Las acciones, cuya cotizaci¨®n estaba suspendida desde el jueves, cayeron ayer un 65%. La crisis de British Energy, que genera una quinta parte de la electricidad del Reino Unido, amenaza el futuro de la energ¨ªa nuclear y pone en tela de juicio, otra vez, la privatizaci¨®n en sectores clave de la econom¨ªa brit¨¢nica.
La crisis de British Energy empez¨® a salir a la luz p¨²blica a ¨²ltima hora del jueves. La cotizaci¨®n de sus acciones qued¨® en suspenso despu¨¦s de que la direcci¨®n de la el¨¦ctrica admitiera p¨²blicamente que se encaminaba a la quiebra si no obten¨ªa de inmediato 450 millones de libras. Tras un intenso fin de semana de negociaciones, el Departamento de Comercio e Industria acept¨® ayer inyectar 410 millones de libras de dinero p¨²blico en la compa?¨ªa que garantizan su funcionamiento hasta el 27 de septiembre y anunci¨® la apertura de nuevas conversaciones para estudiar la viabilidad de la firma a medio y largo plazo.
La crisis de British Energy no deber¨ªa haber sido una sorpresa a la vista de los problemas de rentabilidad de la energ¨ªa nuclear en un mercado en el que los precios energ¨¦ticos en origen han ca¨ªdo un 40% desde que el a?o pasado se introdujo un nuevo marco regulador de precios. Pero la aparente robustez de la compa?¨ªa, que en mayo reparti¨® un generoso dividendo del 5,3% y augur¨® remuneraciones semejantes en el futuro, confundi¨® a los analistas.
Todo indica que la compa?¨ªa afronta, sobre todo, un problema de mala gesti¨®n agravado por la ca¨ªda de precios. No ha habido en los ¨²ltimos meses ning¨²n cambio radical en el mercado que haya provocado un giro imprevisto en las perspectivas del negocio. Algunos analistas creen que el jefe ejecutivo de British Energy, Robin Jeffrey, no supo tomar medidas a tiempo. Otros sospechan que en realidad Jeffrey prefiri¨® no adoptar ninguna medida y dej¨® que la situaci¨®n se deteriorara para forzar la ayuda del sector p¨²blico.
Robin Jeffrey considera que la energ¨ªa nuclear tiene costes a?adidos que no afectan a sus competidores tradicionales en el sector y, por tanto, debe recibir ayudas p¨²blicas. La compa?¨ªa parec¨ªa haber persuadido al Gobierno sobre esa necesidad, pero el generoso dividendo de mayo ech¨® atr¨¢s al Ejecutivo: ?por qu¨¦ necesita dinero p¨²blico una empresa que paga tan bien a sus accionistas privados?, se preguntar¨ªa la opini¨®n p¨²blica.
La situaci¨®n se deterior¨® en los ¨²ltimos d¨ªas debido a dos factores combinados. Por un lado, las sospechas sobre las cuentas de la firma brit¨¢nica planteadas por la Comisi¨®n Canadiense de Seguridad Nuclear, que regula los activos nucleares de British Energy en Canad¨¢. Y, por otro, la reducci¨®n de capacidad productiva en dos centrales escocesas. Esos dos factores hicieron temer a sus ejecutivos que el regulador canadiense pudiera airear sus sospechas y agravar los problemas financieros de British Energy.
Para los sindicatos, la crisis pone de relieve, sobre todo, que hay sectores de la econom¨ªa que no pueden estar en manos privadas. La crisis de British Energy se suma a la de Railtrack, que gestiona todo el tendido ferroviario, se?alizaciones y estaciones de los ferrocarriles brit¨¢nicos. Desde su privatizaci¨®n en 1996 el ferrocarril ha ido de mal en peor, obligando a los laboristas a intervenir la compa?¨ªa en oto?o pasado, en una renacionalizaci¨®n por la puerta trasera.
'Si a final de mes la compa?¨ªa no ha asegurado su viabilidad a largo plazo el Gobierno deber¨ªa devolverla al sector p¨²blico en lugar de permitir su liquidaci¨®n voluntaria', declar¨® ayer a la BBC Doug Rooney, del sindicato Amicus. 'No podemos seguir apostando el futuro de un sector tan importante al azar de la ruleta de la Bolsa', opin¨® John Edmonds, secretario general del sindicato GMB.
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