Oportunidades y retos globales
En esta primera entrega de cuatro, Becker, Fogel, Scholes y Mundell sugieren qu¨¦ hacer para mejorar las condiciones de vida en el nuevo siglo
Gary Becker recibi¨® el premio Nobel en 1992 por desarrollar el concepto de capital humano y es catedr¨¢tico de econom¨ªa en la Universidad de Chicago. Robert Fogel, tambi¨¦n catedr¨¢tico de la Universidad de Chicago y director del Centro para la Econom¨ªa de la Poblaci¨®n perteneciente a dicha universidad, obtuvo el premio Nobel en 1993 por aplicar el an¨¢lisis cuantitativo al cambio econ¨®mico e institucional. Myron Scholes, catedr¨¢tico de finanzas en la Universidad de Stanford, gan¨® el premio Nobel en 1997 por su modelo sobre el c¨¢lculo del precio de una opci¨®n. Robert Mundell, de la Universidad de Columbia, obtuvo el premio Nobel en 1999 por su trabajo en las ¨¢reas monetarias ¨®ptimas.
Fogel: 'La mayor oportunidad de este siglo es a?adir a?os de vida con buena salud'
Recientemente, el Milken Institute ha reunido a cuatro premios Nobel para analizar los retos econ¨®micos de las pr¨®ximas d¨¦cadas. El an¨¢lisis estuvo moderado por el financiero Michael Milken, que tambi¨¦n dirige el instituto.
Michael Milken. ?Cu¨¢les son los dos ejemplos clave de oportunidades econ¨®micas en el mundo, as¨ª como los dos retos?
Gary Becker. Comenzar¨¦ por los retos. Uno es que muchos pa¨ªses son muy ricos y otros muy pobres. ?Sabemos lo suficiente como para acercar el nivel de vida de los pa¨ªses pobres al de los ricos?. El segundo problema es la baja tasa de natalidad. Si contamos China (donde el control de natalidad no es completamente voluntario), cerca del 45% de la poblaci¨®n mundial se est¨¢ reproduciendo por debajo de los niveles de sustituci¨®n. Hac¨ªa a?os que el mundo no viv¨ªa una situaci¨®n de ese tipo, quiz¨¢ nunca la vio. Y las consecuencias plantean un enorme problema.
La primera oportunidad es el otro lado del reto derivado de los niveles de vida de los pa¨ªses pobres. Y mencionar¨¦ s¨®lo tres factores que son importantes, quiz¨¢ incluso necesarios. Uno es liberar los mercados, y en concreto, disponer de precios flexibles en la mano de obra, en los productos y en los mercados financieros. El segundo es la inversi¨®n en la gente, en su educaci¨®n y formaci¨®n. El tercero es disponer de una econom¨ªa abierta.
La segunda oportunidad, que tambi¨¦n es un reto, es el medio ambiente. ?C¨®mo hacemos que el an¨¢lisis econ¨®mico introduzca los problemas medioambientales, permiti¨¦ndonos proteger el entorno?
Tomemos el ejemplo de los recursos h¨ªdricos. A la mayor parte del agua del planeta no se le ha puesto precio. Pero la mayor parte del agua no se usa para beber y limpiar, sino para irrigaci¨®n y otras actividades agr¨ªcolas y manufactureras. As¨ª que, obviamente, vamos a despilfarrar el agua.
Robert Fogel. La mayor oportunidad del siglo XXI es a?adir tantos a?os de esperanza de vida como hicimos en el XX. La esperanza de vida en los pa¨ªses ricos a comienzos del siglo XX era de unos 45 a?os. A finales del siglo, era quiz¨¢ de 77. A finales del siglo XXI, podr¨ªa acercarse a los 100. La buena salud es tan importante como la longevidad. En 1910, el 95% de todos los estadounidenses que viv¨ªan hasta los 65 a?os padec¨ªan afecciones cr¨®nicas graves; de media, seis o siete afecciones. Hoy, menos de la mitad de quienes tienen 65 a?os padecen una enfermedad cr¨®nica.
El reto ahora es permitir que el cambio econ¨®mico haga lo que debe. La fuente de crecimiento econ¨®mico es el cambio tecnol¨®gico, pero tambi¨¦n es un elemento perturbador. As¨ª que nuestro problema es c¨®mo disponer de cambios tecnol¨®gicos sin provocar conflictos internacionales e internos.
El segundo reto es disminuir la diferencia de longevidad entre pa¨ªses. Durante el siglo XX, China e India pasaron de una esperanza de vida de 30 a?os a 71 y 60, respectivamente. Y lo hicieron en la tercera parte del tiempo que le llev¨® a Europa hacer la transici¨®n.
Finalmente, considero un reto la privatizaci¨®n de la sanidad para que el cuidado sanitario est¨¦ disponible sin grandes listas de espera. Tenemos los recursos para conseguirlo, es cuesti¨®n de hacer que las instituciones permitan que ocurra.
Myron Scholes. Veo un futuro cada vez m¨¢s lleno de sucesos ca¨®ticos. Eso exige flexibilidad y una necesidad siempre creciente de invertir en educaci¨®n.
En segundo lugar, tenemos necesidad de capital en todo el mundo, pero tambi¨¦n tenemos un desequilibrio en la oferta. Unir con m¨¢s eficacia a los demandantes de capital con los proveedores de capital para poner fin a estos desequilibrios es un reto que aumentar¨¢ la riqueza y el valor para la sociedad. En concreto, esto supone proporcionar liquidez y una reducci¨®n de las asimetr¨ªas de informaci¨®n.
Otro reto en una sociedad libre es aumentar la confianza en la gente y en los mercados en lugar de en el Estado. Sabemos que los mercados (y la gente) son imperfectos. Pero tambi¨¦n el Estado es igualmente imperfecto.
Robert Mundell. Uno de los principales problemas es el del gobierno mundial: c¨®mo establecer un sistema que sea a un tiempo eficaz y compatible con la configuraci¨®n del poder en la econom¨ªa mundial. Tenemos a Naciones Unidas, pero no funciona muy bien. Tenemos las decisiones de las grandes potencias, y el unilateralismo. Gracias a Dios, la ¨²nica superpotencia es EE UU y no otro pa¨ªs. Pero el unilateralismo no es un sistema viable a largo plazo.
Necesitamos algo como el Grupo de los Siete, una constelaci¨®n de pa¨ªses que puedan abordar las grandes cuestiones. Y necesitamos sistemas especializados que se ocupen de problemas espec¨ªficos. Por ejemplo, durante la mayor parte de la historia humana ha habido un tipo de sistema monetario internacional basado en uno o m¨¢s metales preciosos. Pero hace treinta a?os, ese sistema se vino abajo y pasamos a no disponer de ninguno. En la actualidad carecemos de sistema monetario internacional. Y por primera vez en 2.500 a?os no tenemos una unidad global para contabilizar el dinero.
Esa realidad no es evidente para los estadounidenses porque EE UU representa el 25% de la producci¨®n mundial y tiene una ¨²nica moneda. Tiene un sistema monetario perfecto para todo su comercio interior. El d¨®lar se usa tambi¨¦n internacionalmente, algo que salva al mundo de un mont¨®n de problemas. Pero sigue sin ser un sistema monetario internacional, y hay que conseguirlo.
La falta de sistema monetario internacional se percibe en la inestabilidad de los tipos de cambio, que no reflejan las diferencias en los niveles de precios ni en la inflaci¨®n. Hace tres a?os vimos el nacimiento del euro, que es genial para Europa. Pero est¨¢ un 25% por debajo del valor con el que empez¨®.
Si miramos la historia pasada del tipo de cambio marco-d¨®lar o yen-d¨®lar, veremos duplicaciones y triplicaciones del valor relativo de las divisas. Atribuyo la crisis asi¨¢tica a la repentina revalorizaci¨®n del d¨®lar frente al yen: de abril de 1995 a junio de 1998, el d¨®lar pas¨® de 78 a 148 yenes. Esto no s¨®lo hizo disminuir las inversiones japonesas en el sureste de Asia y cort¨® el crecimiento de esos pa¨ªses, sino que caus¨® problemas devastadores a los exportadores asi¨¢ticos que hab¨ªan vinculado sus monedas al d¨®lar.
Todo esto supone un enorme coste para los pa¨ªses peque?os. Europa ha resuelto ahora su problema fundiendo 12 monedas en el euro. Pero otros pa¨ªses no tienen tanta suerte, y no hay un liderazgo en el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial que los ayude. Pienso que esto explica los devastadores problemas de pobreza, que en gran medida han sido provocados por la mala gesti¨®n de las pol¨ªticas macroecon¨®micas.
Perm¨ªtaseme un ¨²ltimo apunte. Despu¨¦s de la II Guerra Mundial, hicimos que el sistema de Bretton Woods se basase en el oro y en el d¨®lar. Los pa¨ªses que se estaban recuperando de la guerra pod¨ªan amoldarse a un sistema, lo cual les daba un marco de pol¨ªtica macroecon¨®mica ya confeccionado. Y eso funcion¨® muy bien durante 20 o 30 a?os. Ahora eso ha desaparecido y las instituciones no tienen nada equivalente que ofrecer a las 35 econom¨ªas en transici¨®n nacidas del hundimiento del comunismo. Cinco a?os despu¨¦s del fin de la Guerra Fr¨ªa, su producci¨®n era un 40% m¨¢s baja que cuando empezaron a recibir asesoramiento del FMI y el Banco Mundial.
En cuanto a la econom¨ªa estadounidense, ha ido bien. Sin embargo, si la recuperaci¨®n se retrasa, se va a encontrar con dos problemas desagradables. Uno es el d¨¦ficit por cuenta corriente, que el a?o pasado fue del 4% del PIB. Esa cantidad se a?ade cada a?o a la posici¨®n de deudor neto de EE UU. Ese no es un problema inmediato, pero llegar¨¢ a serlo alg¨²n d¨ªa. Y necesariamente va a conducir a una depreciaci¨®n considerable del d¨®lar.
? 2002, Milken Institute / Global Economic Viewpoint.
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