Secuestro chapuza, edil Augusto
El viernes, tras ocho horas de negociaciones, a requerimiento del titular de Trabajo, la empresa Selesa de recogida de basuras de Crevillent, sus 18 empleados en huelga y el Ayuntamiento se comprometieron a retirar cualquier denuncia presentada por las partes, en el conflicto que se inici¨® el 27 de septiembre. Los empleados consiguieron bastantes de las mejoras salariales que reivindicaban, mientras el alcalde C¨¦sar Augusto Asencio, pretend¨ªa hacer de su derrota una exaltaci¨®n fervorosa de San Francisco de As¨ªs, como presunto valedor en el l¨ªo que su muy personal e impulsiva conducta hab¨ªa montado. Poco piadoso eso de meter en asuntos consistoriales al santo patr¨®n, y aun menos cuando el santo patr¨®n fue, en vida y seg¨²n sus hagi¨®grafos, un joven subversivo que renunci¨® a sus bienes, predic¨® la pobreza y sirvi¨® de inspiraci¨®n a los hippys. Y es que no se administra un municipio con jaculatorias y presuntos milagros, y aun menos con mociones donde se proponen incautaciones y secuestros, en un flagrante atentado contra el derecho fundamental y constitucional a la huelga de los trabajadores, conquistado a pulso y golpes, para la defensa de sus leg¨ªtimos intereses.
Cuando los ciudadanos de nuestra autonom¨ªa ojean el sur, fulge, en el Baix Vinalop¨®, Crevillent. Crevillent es muchas cosas. Es laboriosidad, actividad fabril y comercial, inmigraci¨®n, Mariano Benlliure y un primer edil muy peculiar y con un perfil ajustado al fascio y gesto napole¨®nico. Si es o no museable, como Benlliure, el tiempo lo dir¨¢. De momento, se limita a crear problemas, y al ejercicio de la autoridad sobreactuada, o sea, del autoritarismo. As¨ª se entiende c¨®mo despu¨¦s de recabar informes del secretario general del Ayuntamiento, que parece escrito al dictado, y de la interventora, m¨¢s ponderado y a pie de doctrina, convoc¨® un pleno extraordinario, el d¨ªa 2, donde la mayor¨ªa absoluta de su partido -13 concejales- aprob¨® la moci¨®n de alcald¨ªa, con los votos en contra de la oposici¨®n, 4 del PSOE y 3 de EU, y la ausencia del edil falangista.
La moci¨®n aprobada era un desprop¨®sito: 'El Ayuntamiento se incauta temporalmente mediante secuestro de los bienes de Selesa, S.A., y de los trabajadores de Selesa, S.A., que voluntariamente ejercen su derecho al trabajo (...)'. No hab¨ªa motivo que justificara una medida que sienta un precedente tan reaccionario: los servicios m¨ªnimos establecidos por el comit¨¦ de huelga procedieron con escr¨²pulo, responsabilidad y correcci¨®n, como consta en algunos partes de la Polic¨ªa Local. Pero el d¨ªa 3, en el sal¨®n de actos del Ayuntamiento, se escenific¨® la contrataci¨®n de diez personas, al margen de los organismos pertinentes, y sin aclarar qu¨¦ modalidad de contrato se aplic¨®.
De forma que si la huelga se ha solventado, no se solapa el procedimiento irregular, cuando no ilegal, que se ha seguido en este encrespado asunto. Si sindicatos y partidos de la oposici¨®n, como dicen, indagan y act¨²an consecuentemente pueden esclarecer posibles excesos, ?prevaricaci¨®n, tal vez? Atentar contra la huelga, se paga. Sindicados y partidos de la oposici¨®n tienen que justipreciar el desatino. El mocionazo del edil C¨¦sar Augusto es una de esas chapuzas que no deben quedar impunes. A gorrazos legales, con ¨¦l.
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