Una ide¨®loga de la limpieza ¨¦tnica

Miles de personas de la antigua Yugoslavia apretaron los gatillos, cometieron violaciones y torturaron sin piedad en una org¨ªa de sangre que no se recordaba en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Los asesinos no distingu¨ªan entre sus v¨ªctimas, siempre que fueran de una etnia distinta, y la crueldad lleg¨® a los extremos de algunos francotiradores serbios que, durante el cerco que sufri¨® Sarajevo entre 1992 y 1995, cruzaban apuestas para ver qui¨¦n mataba m¨¢s ni?os porque eran un blanco m¨¢s dif¨ªcil.

Detr¨¢s de los brutales asesinos se agazapaban intelectuales y pol¨ªticos, dirigentes instruidos, que hablaban varios idiomas y vest¨ªan caros trajes. Esos ide¨®logos daban las ¨®rdenes y brindaban la justificaci¨®n para las matanzas. Entre los siniestros instigadores del bando serbio se hallaba Biljana Plavsic, una elegante se?ora, bi¨®loga y catedr¨¢tica en la Universidad de Sarajevo que lleg¨® a proclamar que los musulmanes bosnios eran "gen¨¦ticamente deformes". Con una perversa mezcla de fanatismo religioso, nacionalismo radical y frialdad de car¨¢cter la llamada dama de hierro de Bosnia fue una de las mayores responsables del drama balc¨¢nico. Por ello y pese a su tard¨ªo arrepentimiento, La Haya la ha condenado ahora en una sentencia que es un motivo de alegr¨ªa para todas las v¨ªctimas de la antigua Yugoslavia.