Seguiremos esperando

Hace unos d¨ªas comentaba con una amiga que desde el final de la tregua han pasado s¨®lo tres a?os, pero que han pesado como quince. Tambi¨¦n en la memoria. Cuando escrib¨ª mi columna Paren esto, ten¨ªa un vago recuerdo del manifiesto Isiltasuna ez da aterpe de Setiembre de 2000, a pesar de lo cual dije lo que dije. Por otra parte, no tengo duda alguna sobre la actitud personal contra la violencia de los firmantes del art¨ªculo Sobre la clausura de Euskaldunon Egunkaria. Loables excepciones que no contradicen la esencia de mi "emplazamiento p¨²blico", en realidad un reproche. Si la intencionada bruma de mi memoria ha servido para recordar algunas actitudes, bienvenida sea. Muchos no nacionalistas, incluso euskaldunes, lo agradecer¨¢n y espero que pueda servir para romper ciertos diques de incomprensi¨®n.

Lamento no poder acceder al manifiesto mencionado a trav¨¦s de la p¨¢gina web de Egunkaria. Nada tiene de extra?o que alguien sea suscriptor de un peri¨®dico con cuya l¨ªnea editorial est¨¢ m¨¢s o menos de acuerdo. Lo sorprendente es, no que lo compre con alguna frecuencia, sino que sea suscriptor de un peri¨®dico con cuya l¨ªnea editorial est¨¢ totalmente en desacuerdo. Era, es, mi caso con Egunkaria, pero la cuesti¨®n de la lengua, de esa lengua que es tambi¨¦n la m¨ªa, conlleva extra?as paradojas, derivadas de ciertas penurias y de la imposibilidad de elegir. Quiz¨¢ penurias y paradojas tuvieran que llevarnos a reconsiderar el perfil que debiera tener el ¨²nico peri¨®dico en euskera: un peri¨®dico menos escorado ideol¨®gicamente y que contribuyera a romper la barrera que el euskera tiene con la ideolog¨ªa. Tambi¨¦n por eso, seguiremos esperando.