Triunfo clamoroso
Siempre ser¨¢ la Filarm¨®nica de Berl¨ªn una orquesta m¨ªtica y con una historia hecha ya leyenda. As¨ª es que cada aparici¨®n ante nosotros supone, inevitablemente, un acontecimiento. Y han sido bastantes las relaciones de los filarm¨®nicos con nuestro pa¨ªs, como demuestra el breve pero acertado recuento que ofrece Alfonso Aij¨®n en el programa de mano. Desde el legendario, tanto como la orquesta, Arthur Nikisch, en su viaje de 1901, hasta estas actuaciones de Jansons, pasaron por nuestras salas de conciertos todos los grandes de la Berliner Philharmoniker.
La leyenda de "la orquesta m¨¢gica" persiste en un mundo poblado de excelent¨ªsimas formaciones que a sus m¨¦ritos a?aden la posibilidad actual de los viajes continuos, lo que no quiere decir que el car¨¢cter de cada una de ellas permanezca inalterable. Sucede con el celeb¨¦rrimo sonido de los filarm¨®nicos, casi inalterable hasta la desaparici¨®n de Karajan: un sonido especialmente rico en frecuencias graves que ejerc¨ªa su poder con nobleza rugiente que tiene poco que ver con los gustos latinos, menos amigos de las prietas densidades. Y as¨ª, la fisonom¨ªa de la filarm¨®nica, la tan admirable, admirada y querida filarm¨®nica, ha mudado como cambi¨® la intransigente actitud de rechazo hacia los instrumentistas de g¨¦nero femenino. Todo ello no impedir¨¢ que cuantos gozamos largamente de los anteriores tonos sorprendentes los guardemos en la memoria como algo ¨²nico, m¨¢s a¨²n en p¨¢ginas de tan gran repertorio como la Sinfon¨ªa en re mayor, de Beethoven, o la Novena, 'Del nuevo mundo', de Dvorak, con las que hizo su entrada en el ciclo de Iberm¨²sica la Filarm¨®nica conducida por el impetuoso y triunfador Mariss Jansons (Riga, 1943), un potente l¨ªder, quien s¨®lo hace un mes recibi¨® los aplausos de los madrile?os al frente de la Sinf¨®nica de Pittsburgh.
Ciclo Orquestas del Mundo
Berliner Philharmoniker. Director: M. Jansons. Obras de Beethoven y Dvorak. Auditorio Nacional, Madrid 6 de abril.
Contrastes y matices
Su Beethoven de tanta fuerza, cargada de contrastes y hasta de violencia expresiva en la Heroica de los americanos es el mismo, sustancialmente, que el espectacular de la Segunda sinfon¨ªa, y en Dvorak tuvo matices de todo g¨¦nero dentro de una construcci¨®n firme y de inusitado esplendor, pues se trata de una batuta que vence incluso cuando no convence.
Enumerar las calidades virtuosistas que individualmente y como conjunto posee la orquesta berlinesa resulta ocioso. Y lo cierto es que tan poderosa m¨¢quina musical prosigue su historia a las ¨®rdenes de sir Simon Rattle (Liverpool, 1955), sucesor de Claudio Abbado, mientras Jansons tomar¨¢ las riendas de la Bayerische Rundfunk, de M¨²nich, el pr¨®ximo mes de septiembre. El ¨¦xito del maestro let¨®n y los berlineses ha sido m¨¢s que grande, clamoroso. Lo dem¨¢s son recuerdos de ayer y mudanzas del tiempo que "ni vuelve, ni tropieza".
Babelia
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