Virtuosos
La actuaci¨®n del cuarteto Arditti se presentaba como uno de los atractivos mayores que el festival Ensems ha programado este a?o El grupo ingl¨¦s est¨¢ considerado como una de las formaciones m¨¢s reputadas en el campo de la m¨²sica contempor¨¢nea y, por otro lado, la magn¨ªfica actuaci¨®n de su primer viol¨ªn, Irvine Arditti, el d¨ªa 26 -junto al Grup Instrumental de Valencia-, confirmaba todas las expectativas.
La m¨²sica de Salvatore Sciarrino que abri¨® el concierto se movi¨®, con gran tensi¨®n, en la frontera del sonido, trabajando denodadamente los arm¨®nicos y creando en la sala una atm¨®sfera de aut¨¦ntico suspense. Los miembros del Arditti contaron aqu¨ª con la colaboraci¨®n del pianista Ian Pace, que iba proporcionando breves y efectivas pinceladas sonoras al discurso en pianissimo de las cuerdas. El propio autor se refer¨ªa, en el programa, a los surcos dejados por la m¨²sica en la memoria, pero la partitura tambi¨¦n pod¨ªa sugerir algo que est¨¢ naciendo, la g¨¦nesis secreta de cosas que brotan poco a poco en alg¨²n rinc¨®n oscuro de la Naturaleza.
Ensems 2003
Arditti String Quartet. Ian Pace (piano). Obras de Salvatore Sciarrino, Helmut Lachenmann, Hilda Paredes y Gy?rgy Ligeti. Teatro Talia. Valencia, 31 de mayo.
Vino luego el cuarteto de Lachenmann, donde el Arditti, con un virtuosismo fuera de lo com¨²n, tuvo ocasi¨®n de lucir un inmenso cat¨¢logo de los colores y efectos -tan desconocidos en muchos ambientes- que pueden lograrse con los instrumentos de arco. Algunas veces, no obstante, se recurr¨ªa (brevemente, eso s¨ª), al timbre habitual, logr¨¢ndose con ello referencias m¨¢s expl¨ªcitas al proceso de exploraci¨®n que la obra nos propone.
De la compositora mexicana Hilda Paredes, presente en la sala, escuchamos un trabajo muy riguroso: Cotidales, de nuevo con la colaboraci¨®n de Ian Pace, donde la energ¨ªa y la agitaci¨®n alternaban con secciones de una relativa calma, todo ello coherentemente ensamblado. Para acabar, el cuarteto n¨²m. 2 de Ligeti, donde se pasaba de lo est¨¢tico en pianissimo a lo rabioso. No faltaron esos momentos de "tiempo suspendido" que nos recordaban lo que un film de Kubrick convirti¨® -casi- en cl¨¢sico popular: la maravillosa Lux aeterna. A destacar los pizzicati del tercer movimiento, bordados por el Arditti, y los susurros expectantes del quinto, que cerraron la sesi¨®n en un clima parejo al que Sciarrino plante¨® en un principio.
La sesi¨®n off del festival, en el Instituto franc¨¦s, no pudo contar, por una indisposici¨®n, con la programada presencia de Carles Santos y sus fragmentos del No al no. Pero Jean Pierre Dupuy s¨ª que acudi¨® a la cita, con una deliciosa obra que firma ¨¦l mismo junto a Joan Guinjoan, am¨¦n de dos versiones del Archipel IV de Boucourechliev. Antes y despu¨¦s, el Matthieu Saglio Quartett, metamorfoseado en banda La Revolucionaria, dio un toque de relax al festival, interpretando temas de car¨¢cter latino y mediterr¨¢neo Un piscolabis para los asistentes, a cargo de Ensems, acab¨® de redondear la noche del s¨¢bado
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