La dignidad de las Cortes
Tras la celebraci¨®n de las elecciones auton¨®micas el pasado 25 de mayo resulta inevitable que la siguiente cita pol¨ªtica de los valencianos nos lleve al debate de investidura que, inici¨¢ndose el 18 de junio, desembocar¨¢ en el nombramiento como Presidente de la Generalitat Valenciana de Francisco Camps. Con anterioridad, sin embargo, el 12 de junio iniciar¨¢n una nueva andadura las Cortes Valencianas debi¨¦ndose llamar la atenci¨®n sobre la trascendencia de esta VI Legislatura a punto de inaugurarse.
Las Cortes Valencianas despidieron su V Legislatura con una nada edificante sesi¨®n en la que la Presidencia de la C¨¢mara retiraba reiteradamente la palabra a los diputados de la oposici¨®n quienes, puestos en pie, acabaron coreando las consignas que resum¨ªan los discursos pol¨ªticos que se les imped¨ªa exponer desde la tribuna parlamentaria. ?Acaso todos los diputados valencianos de la oposici¨®n conjuntamente hab¨ªan sufrido alg¨²n tipo de trastorno mental pasajero que les llevara a protagonizar tan in¨¦dito episodio de perturbaci¨®n de la vida parlamentaria? No. Sencillamente, la ¨²ltima sesi¨®n de la V Legislatura de las Cortes Valencianas pon¨ªa de relevancia la sensaci¨®n de asfixia acumulada durante cuatro a?os en los que a la oposici¨®n pol¨ªtica se le hab¨ªa negado el pan y la sal y en los que, de forma reincidente, se hab¨ªan conculcado las m¨¢s elementales reglas del juego parlamentario degrad¨¢ndose, hasta extremos insospechados, la convivencia democr¨¢tica en el seno de la instituci¨®n parlamentaria.
La V Legislatura ha erosionado de forma significativa la dignidad que merece la m¨¢s alta instituci¨®n representativa de los valencianos. Muchos han sido los episodios que tristemente ejemplifican cuanto aqu¨ª se afirma e imposible agotarlos en estas breves l¨ªneas. Baste recordar la escandalosa negativa de la Mesa de la C¨¢mara a tramitar preguntas parlamentarias que versaban sobre empresas con participaci¨®n de la Generalitat Valenciana (Terra M¨ªtica) o la incomprensible oposici¨®n del Consell a facilitar al Parlamento Valenciano los sondeos electorales financiados con los recursos econ¨®micos provenientes de los presupuestos p¨²blicos. Un alarde de opacidad impropio de una democracia avanzada e incalificable en un r¨¦gimen parlamentario. La Mesa de la C¨¢mara nunca se dio por enterada de una sentencia judicial que condenaba a una diputada de las filas populares, ni de los efectos que pudieran acarrear a su estatuto parlamentario, pero, por el contrario, obr¨® con extrema diligencia para instar acciones penales contra ciudadanos que acudieron a su tribuna exhibiendo reivindicaciones sociales. Las preocupaciones est¨¦ticas se manifestaron de forma obsesiva persiguiendo la retirada de carteles o pancartas que se exhibieron en los balcones del Palau de Benicarl¨® pero la Presidencia de las Cortes no demostr¨® id¨¦ntica pulcritud democr¨¢tica en la organizaci¨®n de debates parlamentarios en los que sencillamente impidi¨® a la oposici¨®n parlamentaria la posibilidad de expresar sus posiciones ni garantiz¨® sus derechos ante la perseverante huida de los Consellers frente a las sesiones de control a las que eran convocados. De forma inaudita, los Presupuestos de las Cortes subvencionaron la celebraci¨®n de manifestaciones y concentraciones populares que, lejos de enarbolar banderas pac¨ªficas e institucionalmente consensuadas, persegu¨ªan agudizar conflictos sociales buscando simplemente la instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica. La permanente obstrucci¨®n a la labor parlamentaria de la oposici¨®n ten¨ªa fiel reflejo en el extempor¨¢neo debate de sus iniciativas. La mayor¨ªa parlamentaria no permiti¨® la creaci¨®n de ninguna comisi¨®n de investigaci¨®n a pesar de los clamorosos temas sociales que lo exig¨ªan. Una mera comisi¨®n de estudio sobre el futuro de la Radiotelevisi¨®n valenciana se cerr¨® en falso imponiendo la mayor¨ªa parlamentaria sus propias conclusiones para legitimar autom¨¢ticamente la privatizaci¨®n de dicho servicio p¨²blico. ?Cu¨¢ntas iniciativas parlamentarias de la oposici¨®n decayeron sin que nunca se les permitiera ver la luz parlamentaria? ?Cu¨¢ntas leyes fueron aprobadas con los ¨²nicos votos de la mayor¨ªa parlamentaria?
No me cabe duda de que muchas de las pr¨¢cticas anteriormente descritas traen causa de un comportamiento pol¨ªtico e institucional de la mayor¨ªa parlamentaria presente en la Mesa de las Cortes valencianas y de su Presidencia impropio de los miembros llamados a integrar dicho ¨®rgano parlamentario. La Mesa de la C¨¢mara debe cumplir una discreta pero alt¨ªsima funci¨®n en nuestro sistema de gobierno: ordenar pac¨ªfica y neutralmente el ejercicio de las funciones parlamentarias y, con ello, preservar su posici¨®n y dignidad institucional. Por el contrario, durante la V Legislatura la Presidencia de las Cortes parece m¨¢s bien haber cumplido un papel de aut¨¦ntico ariete contra la oposici¨®n al servicio de los intereses pol¨ªtico-partidistas del gobierno valenciano. Sin entender que, con ello, seguramente debilitaba la capacidad de control gubernamental de la oposici¨®n pol¨ªtica pero, al tiempo, causaba un da?o (esperemos que reparable) al prestigio de la propia instituci¨®n parlamentaria.
Cuando el Molt Honorable President de la Generalitat, Francisco Camps, tome posesi¨®n de su cargo, jurar¨¢ cumplir y hacer cumplir nuestro Estatuto de Autonom¨ªa. Debiera tener muy presente el President que nuestras instituciones de autogobierno -todav¨ªa j¨®venes y necesitadas de mimo y cuidados- configuran un sistema parlamentario de gobierno en el que ocupan una posici¨®n central las Cortes Valencianas. Es cierto que, cada d¨ªa m¨¢s, los sistemas democr¨¢ticos adquieren tintes plebiscitarios y que en las elecciones del 25 de mayo el PP logr¨® una holgada mayor¨ªa absoluta que le habilita para desarrollar plenamente su programa pol¨ªtico. Pero ello no puede significar transformar nuestro sistema de gobierno parlamentario en un sistema presidencialista plebiscitario. El acatamiento del Estatuto de Autonom¨ªa no puede serlo s¨®lo sobre su letra sino tambi¨¦n sobre la filosof¨ªa pol¨ªtica que lo inspira. Piense el President que su propia legitimidad y prestigio estar¨¢ estrechamente vinculada a la salud democr¨¢tica que emane de las Cortes. Y, hoy, la autoridad del Parlamento est¨¢ directamente proporcionada a su capacidad de posibilitar la funci¨®n de oposici¨®n parlamentaria. Ahogar la voz de la oposici¨®n parlamentaria podr¨¢ dar r¨¦ditos electorales a corto plazo pero, con el tiempo, asfixiar¨¢ a la propia instituci¨®n parlamentaria que sirve de basamento al conjunto de las instituciones valencianas de autogobierno.
Esperemos que, cuando el cuarto domingo de mayo del 2008 los valencianos vayan a las urnas, no lo sea entonando un r¨¦quiem.
Artemi Rallo Lombarte es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universitat Jaume I.
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