Revisi¨®n de examen por orden judicial

Tras las reiteradas quejas de un estudiante de la Universidad de Almer¨ªa por la calificaci¨®n obtenida en un examen de la asignatura de Derecho Constitucional I, de la diplomatura de Gesti¨®n y Administraci¨®n P¨²blica, un juez decidi¨® que se le entregaran los 41 ex¨¢menes de sus compa?eros de clase para que ¨¦l personalmente pudiera comprobar los criterios que se utilizaron para corregirlos. El veterano estudiante, Juan Antonio Varona Arciniega, de 53 a?os, licenciado ya en otra carrera, Derecho, y que trabaja como funcionario, ha revisado las pruebas una por una en compa?¨ªa de su abogado, Jos¨¦ Luis Navarro.

Para comprobar si su examen se hab¨ªa corregido con el mismo criterio que los dem¨¢s, el estudiante y su abogado utilizaron como referencia "el libro recomendado por la profesora, Ana Isabel Melado Lirola, para seguir la asignatura, as¨ª como los apuntes dictados por la docente en clase", explica Varona. Tras este peculiar an¨¢lisis, el alumno y su abogado concluyeron que "cualquiera que sepa un poco de derecho constitucional considerar¨ªa que el examen merec¨ªa como m¨ªnimo un aprobado", a?ade el estudiante. Y as¨ª se lo hicieron saber al juez.

El estudiante ha analizado personalmente los escritos y las notas junto a su abogado

Los hechos se remontan al d¨ªa en el que Varona se examin¨® por vez primera de la asignatura en conflicto, en julio de 2000. La profesora asociada que impart¨ªa la materia, Ana Isabel Melado, reparti¨® dos folios por alumno, pero Varona sac¨® "otro papel en blanco para hacer un esquema de las tres preguntas del examen", seg¨²n relata el estudiante. Al verle el esquema, la docente le recrimin¨®.

La sorpresa del alumno lleg¨® el d¨ªa en que salieron las notas y aparec¨ªa como suspenso. "Me suspendi¨® sin ni siquiera haberme corregido el examen porque dec¨ªa que hab¨ªa copiado", apunta Varona. Las reclamaciones al entonces catedr¨¢tico de la asignatura, Juan Cano Bueso, y al rector de la Universidad de Almer¨ªa, Alfredo Mart¨ªnez, no modificaron la situaci¨®n.

El alumno, animado por un grupo de amigos, present¨® entonces un recurso contencioso-administrativo y consigui¨®, por sentencia, que su examen fuera corregido. Sin embargo, aunque el juez Jes¨²s Rivera dejaba claro en la sentencia que la correcci¨®n del examen no podr¨ªa recaer ni en el profesor Cano Bueso ni en la profesora Melado, ¨¦stos participaron con voz, pero sin voto, en el consejo de departamento que deleg¨® en un tercero la correcci¨®n del ejercicio, y que acab¨® en suspenso.

El aventajado estudiante volvi¨® a recurrir y fue entonces cuando el mismo juez orden¨®, a petici¨®n del recurrente, que se le facilitaran los ex¨¢menes del resto de los alumnos de la misma convocatoria para "fiscalizar el correcto desenvolvimiento y ejecuci¨®n de lo acordado en la sentencia", seg¨²n se?ala el auto, y decret¨® que se le volviera a corregir. En su escrito, el magistrado tild¨® de "no razonable" la exclusi¨®n del resto de ex¨¢menes en el expediente del caso "por cuanto no se entiende qu¨¦ espacio reservado de las personas se quiere preservar del conocimiento de los dem¨¢s".

Pero a Juan Antonio Varona le volvieron a suspender unos meses despu¨¦s. El estudiante reiter¨® su desacuerdo ante el juez y le expuso las conclusiones a las que hab¨ªa llegado, una vez analizados los ex¨¢menes de sus compa?eros. De poco le sirvi¨®. El juez dio por cumplida su sentencia inicial y desestim¨® el recurso.

Varona, con el resto de las asignaturas de la carrera ya aprobadas, se ha matriculado este curso de aqu¨¦lla, Derecho Constitucional I. Se ha presentado a la convocatoria de diciembre y ha sacado un notable. T¨¦cnicamente ya es diplomado, aunque sigue teniendo su carn¨¦ de estudiante. ?Qu¨¦ va hacer con los ex¨¢menes? Los tiene guardados. En ellos aparecen todos los datos, calificaciones y correcciones de sus compa?eros de aquel curso. S¨®lo algunos saben que Varona tiene sus pruebas, pero ninguno le ha dicho nada. Varona dice que todo esto prueba "que algo falla en el sistema".