?Autoridad para opinar?

Contesto a la carta de Sofia Castillo publicada el 15 de julio, que comentaba mi art¨ªculo sobre la situaci¨®n educativa en Catalu?a (EL PA?S, 12 de julio) y el manifiesto firmado por diversas personas entre las que me incluyo. A m¨ª tambi¨¦n me ha dolido que la se?ora Castillo y otros profesionales de la ense?anza puedan haberse molestado por una de las frases que, sin duda, no muy acertadamente figuraba en el art¨ªculo. Mi intenci¨®n no era menospreciar la labor de los sindicalistas y maestros que desde hace a?os vienen defendiendo los derechos de los profesionales de la ense?anza p¨²blica y la calidad de la misma. El sentido del art¨ªculo era tratar de demostrar que la situaci¨®n de la educaci¨®n en Catalu?a y su capacidad de contribuir a la igualdad social exige que sea el conjunto de la sociedad catalana quien asuma que ¨¦se es un tema de prioridad absoluta, que no puede seguir recayendo en solitario en el sector de ense?antes.

No es un problema de "autoridad moral". Se trata de ayudar, cada uno desde su posici¨®n. Lo que por otra parte no acepto es que no suframos todos las "incongruencias de un sistema que ha creado m¨¢s desigualdades que hace 20 a?os". La se?ora Sofia Castillo y otros maestros lo padecen en primera l¨ªnea de fuego, los dem¨¢s en otras l¨ªneas y en otros fuegos. Si seguimos entendiendo la educaci¨®n y sus problemas como un problema estrictamente de los profesionales del sector s¨®lo lograremos debilitar la posible movilizaci¨®n al respecto y beneficiar de paso a los que siguen contribuyendo desde sus responsabilidades pol¨ªticas a que se deteriore cada d¨ªa m¨¢s la ense?anza p¨²blica en Catalu?a.