Una breve obra maestra
George Orwell vino a Espa?a como periodista e intelectual brit¨¢nico cuyas simpat¨ªas se inclinaban claramente hacia la clase trabajadora. En los siete meses transcurridos desde principios de diciembre de 1936 hasta finales de junio de 1937, prest¨® servicio en el frente de Arag¨®n en las milicias voluntarias del Partido Obrero de Unificaci¨®n Marxista (POUM), un partido comunista antiestalinista dirigido por el catal¨¢n Andr¨¦s N¨ªn, que hab¨ªa sido secretario de Le¨®n Trotski a principios de la d¨¦cada de 1920, pero que m¨¢s tarde rechaz¨® la pol¨ªtica de Trotski. Durante la primera semana de mayo de 1937, Orwell se encontraba por casualidad de permiso en Barcelona cuando las fuerzas policiales y pol¨ªticas, en gran parte estalinistas, del recientemente creado Partido Socialista Unificado de Catalu?a (PSUC) desalojaron a los anarquistas de la Telef¨®nica de Barcelona y poco despu¨¦s declararon ilegal al POUM como presunto aliado "trotskista-fascista" del general Franco. Un mes despu¨¦s, como consecuencia de una herida en la garganta que sufri¨® en el frente de Huesca, fue hospitalizado y dado de baja del ej¨¦rcito republicano, pero tuvo que huir literalmente de Barcelona para no ser arrestado en la purga estalinista de presuntos agentes trotskistas. Cuando regres¨® a Inglaterra, a finales de 1937, escribi¨® lo que se ha convertido en la historia personal m¨¢s le¨ªda de un angloparlante que particip¨® en la Guerra Civil espa?ola.
Siempre he admirado enormemente a Orwell, y he utilizado Homage en pr¨¢cticamente todas mis clases sobre la Guerra Civil espa?ola. Perm¨ªtanme que intente se?alar las cualidades especiales de esta breve obra maestra a una nueva generaci¨®n de lectores. Sus simpat¨ªas personales se decantan claramente por los socialistas y anarquistas revolucionarios de la clase trabajadora que se oponen por igual a la democracia capitalista defendida tanto por Aza?a como por Prieto, y a la postura antirrevolucionaria del partido comunista en ascenso. Se muestra resentido por la forma en que el Gobierno de coalici¨®n ignor¨® al frente de Arag¨®n y claramente impidi¨® que su mejor armamento llegara a manos del POUM y las milicias anarquistas. Al mismo tiempo reconoce su propia ignorancia de los idiomas espa?ol y catal¨¢n, y advierte al lector una y otra vez de esa limitaci¨®n. Aunque se identifica con los obreros y campesinos antiestalinistas, se da cuenta, no obstante, de que la ¨²nica posibilidad de que la Rep¨²blica gane la guerra es que la coalici¨®n compuesta por los socialistas parlamentarios republicanos y el partido comunista sea capaz de convencer a Inglaterra y a Francia, adem¨¢s de a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, de que vendan armas y den apoyo diplom¨¢tico al Gobierno electo leg¨ªtimo que lucha contra una revoluci¨®n militar fuertemente respaldada por la Italia fascista y la Alemania nazi. Se da una tensi¨®n creativa constante entre la mente que reconoce el realismo pol¨ªtico de la pol¨ªtica comunista y el coraz¨®n que ama la generosidad, el idealismo y la igualdad social que experiment¨® entre los elementos no estalinistas del ej¨¦rcito republicano.
En mi opini¨®n no hay otra obra breve en la inmensa literatura sobre la Guerra Civil espa?ola que ilustre tan agudamente los dilemas pol¨ªticos y filos¨®ficos de la Rep¨²blica en tiempos de guerra. ?Debe la revoluci¨®n colectivista seguir adelante para justificar los sacrificios de las clases obreras proletarias, tanto rurales como urbanas? (actitud de los anarquistas, el POUM, y gran parte del ala de Largo Caballero del PSOE). ?O se deben defender los intereses de las clases medias hacendadas por medio de un ej¨¦rcito eficiente, con mandos y entrenado a la manera tradicional de forma que las democracias occidentales, Inglaterra y Francia, cambien su pol¨ªtica de no intervenci¨®n y vean que el impedir que Italia y Alemania establezcan un r¨¦gimen militar de derechas en Espa?a va en su propio beneficio? (actitud de los partidos republicanos, el ala de Prieto del PSOE y los comunistas estalinistas).
Adem¨¢s, como ejemplo de an¨¢lisis pol¨ªtico brillante, el cap¨ªtulo 11 examina detenidamente las representaciones falsas y las mentiras descaradas con las que la prensa estalinista intentaba imponer en el embrollado desorden pol¨ªtico de mayo de 1937 el patr¨®n de las obsesiones de Stalin con su derrotado rival Trotski y con los presuntos trotskistas. A menudo se ha alabado a Orwell por su devastador an¨¢lisis de la propaganda comunista. Pero tras una lectura completa de su obra, uno ve que la Rep¨²blica espa?ola de tiempos de guerra sufri¨® dos terribles traiciones a la democracia en la d¨¦cada de 1930: la pol¨ªtica de apaciguamiento de las potencias occidentales desde 1935 hasta la primavera de 1939, y las demenciales purgas estalinistas que el dictador sovi¨¦tico insisti¨® en llevar a cabo en Espa?a as¨ª como en Rusia.
Traducci¨®n de News Clips.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.