La maldici¨®n de la espada

Desmarc¨¢ndose de la tendencia, provocada por la fuerte competencia, de ofrecer juegos en exclusiva para una u otra consola, Namco lanza el t¨ªtulo de lucha Soul Calibur II de forma simult¨¢nea para todos los sistemas.

Para darle el protagonismo que cada versi¨®n requiere se ha incluido un personaje invitado, como si se tratase de una serie de televisi¨®n, que luchar¨¢ en exclusiva para esa consola. Un Link adulto, personaje de los juegos The Legend of Zelda, es el reclamo para Game Cube; Spawn, del c¨®mic de igual nombre, el de Xbox e Heihachi, jefe entre los jefes de los juegos de lucha Tekken, el de PlayStation 2.

Detr¨¢s de una acci¨®n que se centra en la lucha con espadas entre 15 guerreros, hay una generosa historia ¨¦pica que habla de una espada devoradora de almas llamada Soul Edge. Este arma dota de un poder casi infinito a quien la posee, capacit¨¢ndole para separar el agua del mar o desplazar monta?as. Seg¨²n cuentan, se podr¨ªa desafiar a los Dioses con ella. Por ese motivo todo luchador que se precie la buscar¨¢, ya sea para adquirir sus poderes o para evitar que caiga en manos de una mente enferma. Esta alegor¨ªa de la codicia humana se representa en amplios escenarios tridimensionales repletos de detalles que permiten luchar sin l¨ªmites de espacio. De esta forma, adem¨¢s de esquivar golpes alej¨¢ndose del contrincante es posible tambi¨¦n apartarse a un lado o a otro.

Las posibilidades de ejecuci¨®n de los mandobles son extremadamente grandes. Tanto, que existe un modo de entrenamiento con interminables listas de instrucciones para aprender a pulsar las secuencias de botones en el orden y tiempos correctos para que el personaje efect¨²e el golpe o movimiento de defensa deseado.

Gr¨¢ficamente, si se tiene en cuenta la excepcional versi¨®n de Soul Calibur que apareci¨® para la difunta consola Dreamcast de Sega hace un a?o, la nueva edici¨®n apenas la supera. Sin embargo, se ha mejorado el conjunto con m¨¢s opciones, como el modo historia llamado Maestro de Armas, que repercuten en m¨¢s horas de entretenimiento.