La internacionalizaci¨®n del turismo
Si existe un sector en el que la internacionalizaci¨®n de los negocios ha tomado carta de naturaleza no cabe duda que es el turismo. Ello ha contribuido definitivamente a la constatable internacionalizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola en su conjunto, la cual se ha venido labrando a lo largo de los ¨²ltimos a?os, lo que sit¨²a a Espa?a hoy como una de las econom¨ªas m¨¢s abiertas de la OCDE. La internacionalizaci¨®n ha supuesto, pues, una apertura de la imagen tur¨ªstica espa?ola y el inicio de una econom¨ªa competitiva a escala transnacional, donde el Estado espa?ol participa ya con personalidad propia. Subyacen, sin embargo, a ese encuentro competitivo multitud de carencias y desviaciones que han venido reclamando una decidida reorientaci¨®n del modelo "desarrollista" del turismo, con capacidad de corregir d¨¦ficits arrastrados desde anta?o, al tiempo que se emprend¨ªan as¨ª los ajustes que precisa el nuevo escenario competitivo y sostenible que marca el horizonte de la actividad tur¨ªstica en los umbrales del presente siglo. Sin olvidar han proporcionado grandes dosis de ox¨ªgeno al turismo todas las inversiones efectuadas con motivo de eventos, que con independencia del premeditado efecto urban¨ªstico, siempre acaban dejando un poso sumamente aprovechable y de efectos inmediatos en el atractivo tur¨ªstico de los espacios sometidos a dichas intervenciones.
Con independencia de tales impactos, cabe se?alar que los negocios tur¨ªsticos espa?oles permanecen, en su gran mayor¨ªa, todav¨ªa muy cerrados en el interior y apenas intervienen en pol¨ªticas de expansi¨®n hacia mercados emergentes en los que podr¨ªan tomar posiciones de liderazgo sobre la base de su conocimiento y experiencia tur¨ªstica. Todo lo cual viene explicado por el reducido tama?o medio de las empresas tur¨ªsticas espa?olas y por la falta de operatividad del asociacionismo reinante en el sector, que se distingue por el voluminoso n¨²mero de cofrad¨ªas existentes, pero sin una clara interlocuci¨®n con los responsables en la toma de decisiones que afectan a la actividad tur¨ªstica. En consecuencia, resulta ineludible concienciarse cada d¨ªa m¨¢s de la conveniencia de recurrir al asociacionismo o a la cooperaci¨®n, de forma que las empresas puedan seguir el tren de la internacionalizaci¨®n con independencia de su tama?o. Por tanto, se considera que la cooperaci¨®n puede ser una t¨¢ctica eficaz frente a competidores, sabido que la gesti¨®n empresarial competitiva es una caracter¨ªstica inherente a la explotaci¨®n exitosa de los negocios. Adem¨¢s, la cooperaci¨®n empresarial se identifica con una decisi¨®n estrat¨¦gica, siempre y cuando se entienda que se trata de un instrumento valioso, capaz de proporcionar recursos y capacidades que mejoren la facultad competitiva de las empresas tur¨ªsticas. As¨ª, a los peque?os y extendidos negocios tur¨ªsticos espa?oles les resulta verdaderamente dif¨ªcil competir y la estrategia competitiva que les resta es progresar en la diferenciaci¨®n que les clarifique su particular horizonte competitivo. Ese horizonte puede provenir de la mano de la cooperaci¨®n y/o el asociacionismo, al aceptarse que frente a la integraci¨®n vertical de actividades en una misma empresa o grupo surge la estrategia ganadora de la colaboraci¨®n entre empresas diferentes a lo largo de la cadena de producci¨®n de valor.
Es importante subrayar que los miles de millones de pesetas que han venido invirtiendo las cadenas hoteleras espa?olas en el exterior representan la estrategia de internacionalizaci¨®n de los grandes grupos hoteleros, que conculcan as¨ª la capacidad de competir de otros negocios carentes de pol¨ªticas de empresa coordinadas, conforme lo reclaman las tendencias actuales. A su vez, la penetraci¨®n de los negocios de diferentes or¨ªgenes y especializaciones est¨¢ alterando el mapa competitivo espa?ol, ante la incredulidad de los negocios menos dispuestos a seguir la senda de la calidad y de la competitividad vigente entre las empresas l¨ªderes del sector. En ese camino se insertan las franquicias de la restauraci¨®n, b¨¢sicamente de comida r¨¢pida (fast food), que han dise?ado incluso un nuevo paisaje urbano en las grandes ciudades y en los principales centros tur¨ªsticos, reserv¨¢ndose los negocios de capital espa?ol en ese segmento un espacio todav¨ªa reducido. Las compa?¨ªas de transportes han respaldado la internacionalizaci¨®n por medio, primero, de sus sucursales en diferentes pa¨ªses y, actualmente, gracias a las uniones estrat¨¦gicas de diferentes grupos, como ocurre con Oneworld, donde la compa?¨ªa de bandera espa?ola Iberia participa en un consorcio que favorece la captaci¨®n de clientes y la consiguiente mejora en su particular rentabilidad. La internacionalizaci¨®n de las empresas de transporte se ha ampliado a trav¨¦s de las alianzas entre distintas compa?¨ªas, donde empresas a¨¦reas y hoteleras se han unido, lanzando as¨ª ofertas de mayor calado y expandi¨¦ndose en diferentes pa¨ªses, lo que les ha permitido granjearse mercados m¨¢s extensos. Las agencias de viajes no son ajenas al fen¨®meno de la internacionalizaci¨®n, si bien el tama?o de las mismas es el factor que decide su potencialidad en ese sentido. La internacionalizaci¨®n se ha introducido con gran naturalidad entre los grandes grupos de viajes que participan en otros segmentos del turismo, concretamente aquellas agencias que han diversificado sus inversiones hacia otras l¨ªneas de negocio o que intervienen societariamente en actividades pr¨®ximas. No obstante, enti¨¦ndase en todo momento que de todas las tipolog¨ªas de empresa existentes en el sector tur¨ªstico, son los touroperadores los aut¨¦nticos motores de la internacionalizaci¨®n de las empresas, ya que fueron pioneros.
Consecuentemente, un asociacionismo que integre a las empresas y que resulte representativo del sector tur¨ªstico, o al menos de las principales actividades que lo distinguen, es la mejor receta para alcanzar una mejora competitiva, que contribuya a la eficacia de las promociones y de cuantas acciones se emprendan con la finalidad de defender los intereses leg¨ªtimos de las empresas de un segmento determinado, que asumidos individualmente apenas pueden tener efectividad, al tiempo que se logra un incuestionable abaratamiento en los costes. Por medio de una cooperaci¨®n bien implantada, creativa y din¨¢mica se consigue un mejor posicionamiento de las empresas con voluntad de mantener su autonom¨ªa, sin perder por ello capacidad de negocio, rentabilidad y, por supuesto ¨¦xito empresarial.
Para terminar, vale la pena incidir en que la cooperaci¨®n es una herramienta ¨²til para lograr un asociacionismo eficiente y defensor de los intereses tur¨ªsticos, convirti¨¦ndose as¨ª en una estrategia competitiva de empresas no acogidas bajo el "paraguas" de las cadenas hoteleras o de los grupos de la distribuci¨®n de viajes o de la comida r¨¢pida, entre otras. Sobre todo cuando esos negocios encuentran dificultades para obtener ventajas competitivas por la v¨ªa de la diferenciaci¨®n, si ¨¦stas dependen exclusivamente de su propio esfuerzo. Tambi¨¦n los acuerdos de cooperaci¨®n estrat¨¦gica pueden favorecer una reordenaci¨®n organizativa del proceso de producci¨®n de servicios, a la vez que resultan operativos ante la comercializaci¨®n, que constituye un elemento consustancial a la venta del producto tur¨ªstico, llegando a cuestionar la eficacia de las grandes corporaciones, cuya estrategia se apoya ¨²nicamente en la internacionalizaci¨®n por medio del crecimiento dimensional.
Vicente M. Monfort es profesor de la Universidad Jaume I de Castell¨®n. vmonfort@emp.uji.es
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