China expulsa a 45.000 polic¨ªas por abusos y falta de cualificaci¨®n
China ha llevado a cabo una operaci¨®n de saneamiento en sus fuerzas de seguridad. Un total de 44.701 polic¨ªas han sido despedidos entre agosto y noviembre en todo el pa¨ªs por carecer de la cualificaci¨®n necesaria, corrupci¨®n y cometer diferentes cr¨ªmenes, seg¨²n han informado los medios de comunicaci¨®n locales.
La iniciativa, destinada a elevar la calidad de un cuerpo acusado de frecuentes abusos, fue lanzada en julio despu¨¦s de que Zhou Yongkang, ministro de Seguridad P¨²blica, resaltara en un informe a los dirigentes los problemas que sufr¨ªa la polic¨ªa.
Seg¨²n la agencia Xinhua, el estudio alarm¨® al presidente, Hu Jintao, quien dio orden de que se tomaran medidas. Los nuevos gobernantes, que llegaron al poder en marzo pasado, han repetido en numerosas ocasiones la necesidad de profesionalizar las estructuras p¨²blicas y de ser m¨¢s sensibles a las necesidades de los ciudadanos.
De los expulsados, 33.761 son oficiales no cualificados y 10.940, "trabajadores por debajo de los est¨¢ndares". "Un n¨²mero creciente de empleados de los departamentos de seguridad p¨²blica sin cualificaci¨®n est¨¢ participando en las tareas de defensa de la ley. Algunos ponen multas y cobran tasas en contra de las normativas; otros, incluso cometen cr¨ªmenes", ha dicho el Gobierno. Corrupci¨®n, beber estando de servicio, conducir borracho o llevar armas fuera de servicio son algunas de las faltas que han provocado los despidos.
Emprenderla a patadas
Un ejemplo lo daba hace unas semanas en Pek¨ªn un agente motorizado, quien, tras pedir los papeles a dos j¨®venes que viajaban en un peque?o motocarro, normalmente utilizado por inv¨¢lidos y ancianos, la emprendi¨® a patadas con el veh¨ªculo, arranc¨® los cables el¨¦ctricos y vaci¨® dos botellas de agua en el dep¨®sito de gasolina ante la mirada estoica de los supuestos infractores. En cuanto desapareci¨® el agente, regresaron por su moto y se la llevaron empuj¨¢ndola.
Las informaciones sugieren que gran parte del problema se debe a la falta de personal de un cuerpo que, seg¨²n las estad¨ªsticas, cuenta con 1,7 millones de integrantes para una poblaci¨®n de 1.300 millones de personas; aunque, por otro lado, miles de ciudadanos, a menudo jubilados, ejercen labores de informantes y de vigilancia ante cualquier fen¨®meno que sucede en su barrio fuera de lo habitual.
La campa?a, en un pa¨ªs donde la simple visi¨®n del uniforme aterra a muchos taxistas, ha prohibido a los empleados que no sean polic¨ªas realizar funciones de control o de orden p¨²blico, practicar detenciones, interrogar a sospechosos, investigar cr¨ªmenes, y utilizar armas o uniformes oficiales.
Al problema de la escasez de personal se une su desigual distribuci¨®n, ya que las ¨¢reas ricas tienen muchos m¨¢s agentes que las pobres. Adem¨¢s, en las zonas rurales, a menudo los polic¨ªas son obligados por las autoridades locales a cobrar los impuestos y vigilar el cumplimiento de la pol¨ªtica de hijo ¨²nico, tareas que est¨¢n fuera de sus atribuciones.
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