Peinando los vientos
Andaluc¨ªa emplea diez a?os en ordenar la ubicaci¨®n y viabilidad de los parques e¨®licos
Hace ya m¨¢s de 20 a?os que Tarifa (C¨¢diz) se convirti¨® en una de las pocas zonas que, a escala europea, serv¨ªan de laboratorio para estudiar las posibilidades de la energ¨ªa e¨®lica. All¨ª se instal¨®, en 1981, el primer aerogenerador del pa¨ªs (un prototipo espa?ol de 100 kilovatios de potencia, hoy desmantelado), al que siguieron otros muchos molinos que, con el paso de los a?os, acabaron por convertirse en una de las se?as de identidad de esta franja del litoral gaditano.
De aquel centenar de kilovatios se ha pasado a los m¨¢s de 160 megavatios instalados en la actualidad en el conjunto de la comunidad aut¨®noma, aunque Tarifa y su entorno sigue concentrando la mayor parte de la producci¨®n de este tipo de energ¨ªa limpia. La ausencia de criterios ambientales a la hora de ejecutar los parques gaditanos trajo como consecuencia una multiplicaci¨®n desordenada de los mismos.
Los aerogeneradores invadieron terrenos de gran valor natural, causaron interferencias en las rutas migratorias de las aves, provocaron el tendido ca¨®tico de l¨ªneas el¨¦ctricas, alteraron ciertos paisajes singulares, multiplicaron la contaminaci¨®n ac¨²stica y, al final de su vida ¨²til, sembraron de chatarra algunos enclaves.
El impacto ambiental de algunos parques e¨®licos lleg¨® a tal extremo que importantes sectores del movimiento ecologista y conservacionista, defensores a ultranza de este tipo de energ¨ªa, terminaron por cuestionar la bondad de estas inversiones.
Aquellas cr¨ªticas sirvieron para que, en 1994, se iniciaran los primeros estudios encaminados a ordenar, desde el punto de vista ambiental, el desarrollo de esta fuente energ¨¦tica en la comarca del Campo de Gibraltar, una tarea compleja a la vista de las posturas enfrentadas que manten¨ªan los diferentes colectivos implicados, desde las propias industrias del sector hasta los correspondientes ayuntamientos, pasando por un nutrido grupo de movimientos ciudadanos.
Prueba de que el camino era tortuoso son los 10 a?os que han debido transcurrir para completar, a escala regional, este proceso. A mediados del pasado mes de diciembre se presentaban los mapas e¨®licos de C¨®rdoba, Huelva y Ja¨¦n, las tres provincias que faltaban para concluir el an¨¢lisis de todo el territorio andaluz desde la perspectiva de su capacidad para albergar parques e¨®licos.
El que este trabajo se haya dilatado a lo largo de una d¨¦cada no ha supuesto la paralizaci¨®n de todos los proyectos en marcha, pero sin duda ha frenado la expansi¨®n de este tipo de fuente energ¨¦tica.
Andaluc¨ªa, debido a ¨¦ste y otros factores, ha perdido su liderazgo en el sector, pasando del primer puesto que ocupaba en 1992 a situarse en un discreto s¨¦ptimo puesto en el conjunto de las comunidades aut¨®nomas espa?olas. Dicho de otra manera, hace 12 a?os la producci¨®n andaluza de energ¨ªa e¨®lica representaba el 72% del total espa?ol, mientras que hoy apenas alcanza el 3%, y se coloca a enorme distancia de comunidades como la gallega, en donde ya se han superado los 1.300 megavatios instalados.
Los mapas e¨®licos, elaborados de manera conjunta por las consejer¨ªas de Medio Ambiente y Empleo y Desarrollo Tecnol¨®gico, no son documentos vinculantes, por lo que tan s¨®lo ofrecen una orientaci¨®n a los promotores. En este sentido no sustituyen a las preceptivas evaluaciones de impacto ambiental ni a las licencias que los ayuntamientos deben estudiar en cada caso, pero s¨ª que marcan zonas donde la instalaci¨®n de aerogeneradores no plantea grandes problemas ambientales y enclaves, fr¨¢giles y valiosos, en los que se descarta la ubicaci¨®n de estas infraestructuras.
El n¨²mero de proyectos en tr¨¢mite de aprobaci¨®n es sorprendente, ya que la suma de todos ellos corresponde a una potencia total cercana a los 14.000 megavatios, es decir, ochenta y cinco veces la potencia instalada en la actualidad. Es obvio que la ejecuci¨®n de este ingente volumen no parece razonable a corto plazo, pero tampoco puede afirmarse que son las cautelas ambientales las que impedir¨¢n esta avalancha.
El porcentaje de territorio apto para recibir instalaciones de este tipo es, a la vista de los mapas e¨®licos, elevado en la mayor¨ªa de los casos. Situados sobre dicha cartograf¨ªa alrededor del 70 % de los proyectos son factibles, en un arco que va desde el 83 % de proyectos aceptables en la provincia de Sevilla hasta el 66 % que se registra en Granada.
sandoval@arrakis.es
Energ¨ªa sin salida
Andaluc¨ªa, por sus caracter¨ªsticas orogr¨¢ficas y climatol¨®gicas, presenta unas excelentes condiciones para el aprovechamiento energ¨¦tico del viento. Adem¨¢s de comarcas cl¨¢sicas, como la del Campo de Gibraltar, hay otros muchos enclaves en la regi¨®n capaces de aportar un m¨ªnimo de 2.500-2.600 horas de viento al a?o, umbral que suele marcar la rentabilidad de un parque e¨®lico.
Pero con ser el fundamento de esta fuente energ¨¦tica, el viento no lo es todo. De poco sirve producir electricidad, en cantidades apreciables y a un coste razonable, si no hay posibilidad de conducirla a la red de distribuci¨®n. En muchas de las zonas rurales que aspiran a albergar este tipo de equipamientos las redes el¨¦ctricas y centros de transformaci¨®n no tienen capacidad suficiente para evacuar la potencia aportada por los aerogeneradores, con lo que la inversi¨®n carece de sentido.
La Consejer¨ªa de Empleo y Desarrollo Tecnol¨®gico trabaja en cinco zonas, que comprenden territorios de las ocho provincias andaluzas, en d¨®nde se concentran un buen n¨²mero de proyectos e¨®licos y en las que hay que organizar la evacuaci¨®n de la energ¨ªa producida. En total, la potencia e¨®lica proyectada en dichas zonas roza los 9.000 megavatios, mientras que la capacidad de evacuaci¨®n real no alcanza los 2.500 megavatios.
Por ejemplo, en la zona denominada Hu¨¦neja, que comprende una veintena de municipios granadinos y siete de la provincia de Almer¨ªa, se han presentado 39 proyectos de parques e¨®licos con una potencia total de 1.442 megavatios, mientras que la capacidad de evacuaci¨®n de las redes el¨¦ctricas apenas puede soportar en la actualidad unos 375 megavatios.
A estos factores hay que sumar una cuesti¨®n decisiva a la hora de hablar de cualquier fuente energ¨¦tica renovable, el sistema de apoyo a los precios por parte de la Administraci¨®n. El viento seguir¨¢ siendo rentable en tanto reciba primas suficientes para competir, de manera ventajosa, con otros recursos menos limpios.
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