Luces entre sombras de esta clara oscuridad
El 2004 parec¨ªa empe?ado en insuflar optimismo, a golpe de meteorolog¨ªa, a los abor¨ªgenes que habitan entre el S¨¨nia y el Segura. D¨ªas magn¨ªficos, luminosos, de l¨ªmpida atm¨®sfera, precedieron la llegada de sus majestades los Reyes Magos. Bernat Salavert tambi¨¦n fue v¨ªctima del espejismo y hubo ma?anas que al mirar desde su balc¨®n el oscuro azul intenso de la peque?a porci¨®n de mar que todav¨ªa le permit¨ªan atisbar, tuvo una sensaci¨®n placentera de paz interior. No era muy amigo de las Navidades -demasiadas convenciones, demasiada ingesta, demasiados enga?os publicitarios, demasiado de casi todo- pero agradec¨ªa el par¨¦ntesis. Los peri¨®dicos hab¨ªan enflaquecido alarmantemente y todo se dejaba para "la vuelta". Ya quedaba poco. Era el d¨ªa 4 de enero y Bernat se acerc¨® a FNAC a media tarde. La marabunta. La cultura tambi¨¦n se consume en cantidades industriales en fechas tan se?aladas y no digamos las teles, las c¨¢maras digitales y dem¨¢s artilugios electr¨®nicos. Se compr¨® un par de libros y un pack de 4 CD's de Aute. Siempre le hab¨ªa gustado y ten¨ªa bastantes cintas de audio pero ning¨²n compacto.
Una vez autoreyeado, Bernat se refugi¨® en casa y s¨®lo sali¨® para hacer los honores a la comida del 6, rosc¨®n incluido. El domingo d¨ªa 11 puso en el coche el primero de los CD's que se hab¨ªa comprado y son¨® en sus o¨ªdos una melod¨ªa que le retrotray¨® a su ya lejana juventud: nada menos que la letra del ??Aleluya!! que cantaba la eurovisiva Massiel. Cantada por Aute, la letra cobraba mayor protagonismo y su descarado surrealismo era francamente atractivo. Y, entre met¨¢fora y met¨¢fora, aquello de "luces entre sombras de esta clara oscuridad, de este mundo absurdo que no sabe ad¨®nde va" hizo mella en el esp¨ªritu de Bernat. A pesar del relativo ayuno a que le hab¨ªa sometido la canallesca, algo se hab¨ªa colado y en los tres d¨ªas escasos de rentr¨¦e que hab¨ªan sucedido a los play-m¨®bils, peluches y dem¨¢s condimentos, el n¨²mero de desprop¨®sitos hab¨ªa recuperado su frecuencia habitual.
Bernat se dirig¨ªa a Eslida y hab¨ªa tomado el camino de Segorbe. Poco antes estaba la desviaci¨®n a Azu¨¦bar-Ch¨®var-Eslida. Era un camino m¨¢s atractivo que la entrada por la Vila-Vella (aunque no se gozaba de la perspectiva desde La Costera) y el Puerto de Eslida que se iniciaba en Ch¨®var siempre le reconfortaba los sentidos: el intenso olor a tierra h¨²meda; pinos, alcornoques y matolls; un silencio s¨®lo interrumpido por el graznar de alguna ave end¨¦mica y por la sinfon¨ªa del viento en las hojas de los ¨¢rboles. Par¨® el coche en el Puerto de Eslida -en la Caseta del Negre-, descendi¨®, estir¨® las piernas y su vista recorri¨® en plan travelling el magn¨ªfico paisaje mientras el cambio de cuenca hidrogr¨¢fica le obsequiaba con un fresco y saludable airecillo. Tatare¨® varias veces lo de luces entre sombras mientras recordaba el vano esfuerzo que hizo la meteorolog¨ªa al alumbrar un necesariamente imprevisible a?o nuevo. Imprevisible en su clara oscuridad. Bush continuaba salvando patrias para la democracia, el terremoto de Ir¨¢n se hab¨ªa llevado por delante a m¨¢s de 50.000 personas, en la nueva democracia de Irak segu¨ªa el macabro goteo de v¨ªctimas y la tasa de paro ya era casi del 50%. En Bruselas iban a la gre?a con el pacto de estabilidad rechazado por el Ecofin y el popular Kirchner afrontaba una nueva y dura renegociaci¨®n de la descomunal deuda exterior argentina. Un reciente reportaje de la 2 hab¨ªa informado de que en un pa¨ªs africano de esos de cuyo nombre nadie quiere acordarse, hab¨ªa un mill¨®n de personas afectadas por el virus del Sida, sin posibilidades de adquirir los medicamentos de los probos laboratorios occidentales y que alguna agencia internacional al uso iba a sufragar el tratamiento para ??45.000 personas??. La fant¨¢stica noticia coincidi¨® pr¨¢cticamente con el "amartizaje" de la nave Spirit. "??Shit!!", exclam¨® Bernat. No ten¨ªa nada en contra de la investigaci¨®n espacial pero le parec¨ªa ligeramente prioritario resolver algunos asuntillos del planeta azul. A veces echaba en falta la Santa Ira del Antiguo Testamento y a menudo le asaltaba la duda sobre la conveniencia gal¨¢ctica de que la especie humana perdurara. Ya hab¨ªa hecho bastante gala de su acrisolada crueldad. Sigui¨® su itinerario mental y se detuvo en la cutrez de la piel de toro. Segu¨ªa la caza y captura el tripartito, Jos¨¦ Mari no acababa nunca de irse (¨¦ste le hace la campa?a a Rajoy con el rollo del esqueleto de Espa?a, pens¨® Bernat) y las rebajas de El Corte Ingl¨¦s empezaban a confundirse con las promesas electorales. Los del PP s¨®lo quieren hablar de la unidad de Espa?a (este vino est¨¢ rancio) y a Zapatero s¨®lo se le ocurre meter en el comit¨¦ de sabios a dos personajes como Bono e Ibarra que son -en este tema- los aliados naturales del PP. Bernat se esforzaba en encontrar alguna l¨®gica, aunque fuera borrosa, en la estrategia-t¨¢ctica-esperpento. Y, en aquesta trista i dissortada terra, Fabra insist¨ªa en su honradez, los del PSPV-PSOE volv¨ªan a dar el espect¨¢culo con las listas (los viejos dinosaurios nunca mueren y se admiten talones sin fondo en forma de chantaje de ilustres damas progresistas). Penita, pena. Y encima, a los del Bloc les da por converger con el ala "progresista" de Uni¨® Valenciana mientras sus hermanos de Vinatea campan spray en mano. Nos encanta la ceremonia de la confusi¨®n y la ensayamos con denuedo hasta la extenuaci¨®n.
Una r¨¢faga de viento hizo salir a Bernat de su ensimismamiento al tiempo que le aconsejaba la retirada. Volvi¨® a mirar la altiva y agreste belleza de Tarragu¨¢n y repar¨® en las piedras de los muros derruidos de la Caseta del Negre donde de peque?o buscaba escorpiones. Antes de que le invadiera una est¨¦ril nostalgia descendi¨® a Eslida y se premi¨® con un reparador almuerzo en Casa Paquita. Este mundo absurdo que no sabe ad¨®nde va. Y si lo sabe, lo disimula con inusitada eficacia -sentenci¨® Bernat mientras esperaba el carajillo de la casa-.
Josep Sorribes es profesor de Econom¨ªa Regional y Urbana de la Universitat de Val¨¨ncia.
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