Invertir en integraci¨®n
Plantear la necesidad de que Espa?a invierta en la integraci¨®n de los 2,5 millones de inmigrantes presentes en su suelo y de los millones m¨¢s que les seguir¨¢n no es rentable electoralmente. Y sin embargo, ¨¦sta es una tarea urgente de nuestra democracia. En 2015, la cuarta parte de la poblaci¨®n espa?ola -unos 11 millones- ser¨¢ inmigrante, seg¨²n un reciente estudio de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorro (Funcas). El pasado verano, otro estudio, ¨¦ste del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), preve¨ªa que en 2010 habr¨¢ en Espa?a entre 4 y 6,5 millones de extranjeros.
Es un rotundo mensaje a la sociedad espa?ola, que en un 48% considera que el n¨²mero de extranjeros ya es excesivo. Esta opini¨®n puede hacer ganar elecciones a partidos con un discurso contra los inmigrantes, pero no cambia la direcci¨®n del viento. El ejemplo m¨¢s estrepitoso es lo ocurrido bajo los ocho a?os de Gobierno del PP, que no se caracteriza precisamente por darles una c¨¢lida bienvenida y que, m¨¢s bien, ha asociado a los inmigrantes con expresiones como ilegalidad, mafias e inseguridad ciudadana. Pues bien, hoy en Espa?a residen 2,5 millones de inmigrantes, cuatro veces m¨¢s que en 1996.
Se impone una gran tarea pedag¨®gica -desde el Gobierno central, los Ejecutivos auton¨®micos y municipales, los medios p¨²blicos de comunicaci¨®n, los partidos pol¨ªticos y el sistema educativo- para que los espa?oles asuman lo que es inevitable. Y se impone tambi¨¦n una gran pol¨ªtica de adaptaci¨®n a la nueva realidad de infraestructuras y servicios p¨²blicos. Escuelas e institutos, ambulatorios y hospitales, viviendas y transportes no est¨¢n preparados para el reto de la inmigraci¨®n. El trabajo de la Funcas recuerda que el r¨¢pido aumento de los alumnos extranjeros -se han multiplicado por 6 en apenas 10 a?os- ha pillado desprevenido a nuestro sistema educativo. Y el estudio del INE sobre la inmigraci¨®n instaba a aumentar, "a marchas forzadas", "la inversi¨®n p¨²blica en infraestructuras de car¨¢cter social", y a?ad¨ªa que, en caso contrario, "incluso se reducir¨ªa el Estado de bienestar de los propios espa?oles".
El estudio de Funcas precisa que no existe a priori relaci¨®n directa entre el crecimiento de la inseguridad y el de la inmigraci¨®n, pero a?ade que, dadas las poco realistas v¨ªas de entrada legal en Espa?a y la insuficiencia de las pol¨ªticas de integraci¨®n, la marginalidad entre la poblaci¨®n extranjera no puede sino aumentar. Si Espa?a quiere evitar que en su seno coexistan dos poblaciones y que se creen guetos en los que se cultiven actitudes y valores contrarios a la democracia, los derechos humanos y la seguridad ciudadana, debe plantearse la r¨¢pida asimilaci¨®n de los inmigrantes.Eso implica gastar. Y es una gran tarea, dif¨ªcilmente realizable bajo el dogma del d¨¦ficit cero o con nuevas bajadas de impuestos.
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