El arte de discutir

Naturalmente que se puede discutir con buen talante. Es m¨¢s, cuando no se est¨¢ de acuerdo con alguien, se debe discutir, con ¨¦nfasis, con pasi¨®n, con objetividad, y es, adem¨¢s, maravilloso poderlo hacer con buen talante, pero para ello hacen falta conocimiento de la ret¨®rica, libertad de expresi¨®n, decisi¨®n e independencia.

Si algo debemos aprender de los ingleses es eso, a discutir con vocabulario, sabidur¨ªa y buen talante. Eso se aprende en la escuela. Las asignaturas que tienen mayor tradici¨®n en las escuelas inglesas son las que forman en el dominio de la ret¨®rica. Las palabras pueden involucrarnos en una guerra, pero tambi¨¦n pueden hacer descabalgar al culpable del enredo. Recuerdo con admiraci¨®n una pel¨ªcula que explicaba a la maravilla el poder de la ret¨®rica: Ridicule; deber¨ªa ser de obligada visi¨®n y estudio en nuestras escuelas.

Hoy me quito el sombrero por Cherie Blair, porque, compartiendo cena con los "amos del mundo", mientras cortaba con una sonrisa un trozo de gigot, le ech¨® en cara a su invitado, entre otras cosas, su repugnancia por saberlo firmante de m¨¢s de 150 penas de muerte. Se puede ser anfitriona y esposa, y hacer uso de la libertad de expresi¨®n e independencia para decir en voz alta, con vocabulario, sabidur¨ªa y buen talante, que no se est¨¢ de acuerdo con algunas decisiones de tu marido o de tu invitado, aunque ¨¦ste sea el presidente de Estados Unidos.

Qu¨¦ maravilla si en nuestras Cortes reinaran las mismas virtudes.