Lou Reed, Olatz y la t¨ªa Antonia
"WHERE IS Antonia?" (?d¨®nde est¨¢ Antonia?), gritaba Julian Schnabel en el micr¨®fono el d¨ªa de la inauguraci¨®n de la exposici¨®n de Francfort momentos antes de que la alcaldesa de la ciudad tomase la palabra. La Antonia perdida en medio del p¨²blico es t¨ªa carnal por parte de padre de la vasca Olatz L¨®pez Garmendia, esposa de Schnabel y madre de dos hijos gemelos, Olmo Luis y Cy Juan, que aparecen en algunos cuadros. Lo de Luis es por el director de cine Luis Bu?uel y lo de Juan por el torero Juan Belmonte. En Francfort se present¨® Schnabel acompa?ado de un s¨¦quito familiar, con Olatz, la t¨ªa Antonia, una hija del primer matrimonio, Stella Madrid, y el cantante Lou Reed, que hizo las veces de fot¨®grafo e iba vestido con una especie de trenca que le daba aire de progre de los sesenta.
Rodeado del s¨¦quito y con algunos periodistas, Schnabel, quien dirigi¨® la pel¨ªcula Antes de que anochezca, sobre el libro autobiogr¨¢fico del cubano Reinaldo Arenas, habl¨® de su relaci¨®n con Cuba: "Yo ten¨ªa mucha ilusi¨®n por ir a Cuba y mi mujer m¨¢s. Su bisabuelo estuvo all¨ª y quer¨ªamos ir desde hac¨ªa mucho tiempo. Cuando present¨¦ Basquiat [la primera pel¨ªcula de Schnabel sobre el pintor neoyorquino que muri¨® de sobredosis], ellos consideraban que yo apoyaba la causa comunista porque yo mostraba que un artista negro no puede sobrevivir en la sociedad blanca de Estados Unidos. Para ellos era f¨¢cil decir que esa pel¨ªcula apoyaba nuestra revoluci¨®n". De ah¨ª al intento de utilizaci¨®n pol¨ªtica no iba m¨¢s que un paso. Seg¨²n Schnabel, "era bueno para ellos que un americano fuese all¨ª, como el entusiasmo que antes ten¨ªa Hemingway. Ellos intentaron utilizarme. A m¨ª me encanta el pa¨ªs, pero la gente lleva una vida muy dif¨ªcil y me hac¨ªa mucho da?o quedarme all¨ª porque yo no ten¨ªa problemas y todo el mundo los ten¨ªa".
Sobre su serie de cuadros La voz de Antonio Molina explica Schnabel: "Antonio Molina estaba enfermo, se estaba muriendo cuando conoc¨ª a su hija ?ngela y le hice algunos dibujos que fui poniendo en la pared de su cuarto. ?l no pod¨ªa hablar, pero pod¨ªa mirar los dibujos donde estaba escrito 'La voz de Antonio Molina'. Cada semana cambiaba el dibujo y ¨¦l pod¨ªa mirar que su voz continuaba existiendo. ?sa fue la raz¨®n que tuve para hacer todo eso".
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