Desalojo en Sevilla
El lamentable desalojo forzoso de do?a Rosario Piudo de la que fue su vivienda durante casi treinta a?os, hecho ocasionado por una rid¨ªcula "deuda" de 39 euros, viene a mostrarnos, una vez m¨¢s, la cara m¨¢s agresiva y desagradable de la actual coyuntura inmobiliaria y las caracter¨ªsticas de una determinada visi¨®n del Patrimonio.
Para muchas personas no hay otro patrimonio sino el que genera intereses en la cuenta bancaria. Es una visi¨®n puramente dineraria, leg¨ªtima sin duda, pero terriblemente empobrecedora y, en ocasiones como ¨¦sta, claramente insolidaria. La propiedad de la vivienda de do?a Rosario s¨®lo entiende de euros, su patrimonio, y en consecuencia reclama a la justicia que le devuelvan su patrimonio amenazado por 39 euros impagados. Sin embargo, la triste mirada de Rosario Piudo parece preguntarnos por otro patrimonio: ?qu¨¦ hay de toda una vida en el barrio?, ?qui¨¦n defiende a los mayores tras toda una vida de trabajo?, ?por qu¨¦ un rid¨ªculo error contable puede poner en la calle a una anciana al final de sus d¨ªas? Demasiadas preguntas y muy pocas respuestas.
Pero hay otra manera de ver y entender el patrimonio. Desde la Asociaci¨®n de Profesores para la Difusi¨®n y Protecci¨®n del Patrimonio Ben Baso venimos reclamando una revisi¨®n del concepto de patrimonio que no s¨®lo incluya los aspectos monumentales m¨¢s destacados de un contexto cultural, sino que, sobre todo, respete la vida humana, el principal patrimonio, y aquellas manifestaciones que acompa?an la vida de las personas y las hacen ser originales y ¨²nicas, como las casas de vecinos, los mercados, los barrios tradicionales, etcetera.
En el caso que nos ocupa, desde Ben Baso hemos venido reclamando la preservaci¨®n de los restos arqueol¨®gicos encontrados en el solar de la Encarnaci¨®n y nos hemos opuesto al proyecto de p¨¢rking porque ello supon¨ªa alterar de manera significativa la vida de un barrio destruyendo las huellas de nuestro pasado.
Queremos resaltar que de nada servir¨ªa salvar "cuatro piedras romanas", como afirman algunos, si los protagonistas de cualquier historia, los vecinos, son "expulsados" de sus barrios y no pueden disfrutar de su patrimonio recuperado, el que es de todos y al que contribuyen cada d¨ªa aportando sus historias de vida.
No a la destrucci¨®n del patrimonio. No al desarraigo. Que vuelva do?a Rosario a su hogar.
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