Una historia de bolsos que dan suerte

Si fuera un cuento ser¨ªa a¨²n m¨¢s interesante. Pero, no, es una historia verdadera. Su protagonista se llama Roberto Vascon. Es hoy en Estados Unidos uno de los estilistas de bolsos m¨¢s famosos y va a abrir una tienda en el barrio m¨¢s rico y castizo de R¨ªo: en Ipanema, el de los artistas. Vascon tiene todos los ingredientes de la fascinaci¨®n y creatividad brasile?as. Naci¨® en el pueblo de Raposos, a 20 kil¨®metros de Belo Horizonte, capital del Estado de Minas. Tan pobre, que no pudo estudiar, pero, listo como el hambre, a los cinco a?os ya fabricaba un colorante sacado de una planta. Se fue a R¨ªo tras hacer la mili porque quer¨ªa ser actor. Acab¨® lavando coches y durmiendo en la calle encima de unos cartones. Por fin encontr¨® trabajo en una tienda. Con lo ahorrado se fue a Estados Unidos. Empez¨® a fabricar bolsos que vendia en la calle. Un d¨ªa una cliente compr¨® todos sus bolsos. Era una reportera de The New York Times, quien le dedic¨® una p¨¢gina del diario en la edici¨®n del domingo llam¨¢ndolo el "mago del cuero". Durante ocho a?os vendi¨® en las mejores tiendas enfrente de Central Park, pues hasta se corri¨® la voz de que sus bolsos daban suerte a quien los llevaba. Lleno de dinero, se volvi¨® a Brasil y se lo gast¨® todo ayudando a muchachos pobres a estudiar. Cuando se le acab¨® el dinero volvi¨® a Nueva York. Durmi¨® en los bancos de Central Park. Religioso como todos los brasile?os, pidi¨® a Dios que le ayudase de nuevo. Y se dio el milagro. Otra reportera del NYT pas¨® a su lado, compr¨® una bolsa, descubri¨® al muchacho de anta?o y le dedic¨® otra p¨¢gina celebrando a su vuelta a los Estados Unidos. Y volvi¨® a triunfar y a ganar dinero con sus bolsas vendidas a 500 d¨®lares. Y ahora se vuelve a Brasil. Quien piense que es un cuento que coloque el nombre del estilista en las p¨¢ginas de Google y se decepcionar¨¢ viendo que es todo cierto.-