Todo es muerte en el aire

La lluvia no puede borrar la sangre. El rojo que emana de la herida es m¨¢s firme que la insistencia del agua. La lluvia se mezcla con las l¨¢grimas. Y son r¨ªos de l¨¢grimas los que corren desde el cielo hasta la tierra y despliegan el negro de los paraguas como banda de luto sobre la muerte. Todo es muerte en el aire. Todos miran la muerte y pierden el rostro. S¨®lo el rostro de la aflicci¨®n se muestra. Y el signo del horror acontecido, negro sobre blanco, para m¨¢s claridad, como claro fue el estallido que sembr¨® en todos los corazones el p¨¢nico. Abandonemos el color. Entregu¨¦monos al llanto por los difuntos, pero encendamos las velas del amor en todas las esquinas. Llamemos al arco iris de la infancia y pidamos que asome en la lontananza. Todo es muerte en aire. Muerte presente que nos acecha y nos desgarra. Muerte que se expande como las ondas sonoras del estruendo y abarca todas las muertes distantes hasta los confines m¨¢s lejanos en el tiempo y el espacio. Y vemos procesiones de minas, asesinatos y masacres. Leprosas est¨¢n todas las l¨ªneas del horizonte, donde los dedos del mal hurgan en las llagas para avivar el dolor.

Clara Jan¨¦s (Barcelona, 1940) es autora de Los secretos del bosque (Visor).