Destino
Se ha presentado en Sevilla la primera novela del poeta Javier Lasheras, con un t¨ªtulo muy sugerente y atractivo: El amor in¨²til. Trata de dos historias de amor desgarradas, y me ha interesado especialmente la sinceridad de las reflexiones a las que estamos acostumbradas las mujeres pero que no se suele encontrar en la literatura de los hombres, salvo que, como en este caso, sean poetas.
Uno de los protagonistas, por ejemplo, piensa: "Nunca hab¨ªa sido m¨ªa, pero era como si fuera de mi propiedad. Y as¨ª iba de rid¨ªculo". Otro quiere dejar de sentir "ese dolor tan ajeno a mi forma de ser y de pensar"; pero no puede. Los dos personajes principales son v¨ªctimas de ellos mismos, pero, en algunos momentos, Lasheras no tiene compasi¨®n con los hombres. En fin, trata de temas que nosotras conocemos muy bien y que a ellos, cuando son capaces de pensarlas, les sorprenden.
En la lectura de la novela me he servido de algunas claves que conoc¨ª en La puerta secreta, de Marlen Haushofer, como aquella de que el escritor debe saber que el destino de una persona evoluciona seg¨²n las experiencias de su infancia y seg¨²n su car¨¢cter, pues la suerte o las cat¨¢strofes del mundo exterior acaban hastiando al lector. Javier Lasheras lo sabe. Sus personajes labran -o creen que labran y, en realidad, llevan dentro- su propio infortunio; de manera que el drama les rodea y el cerco se va estrechando poco a poco. A veces toman soluciones radicales cuyo resultado les oprime con dolor, arrepentimiento y miedo. Miedo al amor in¨²til, a la soledad que les invade y a la ausencia de amor. El autor cita unas palabras de Antonio Machado muy oportunamente: "En mi soledad he visto cosas muy claras que no son verdad". Y tambi¨¦n hay reflexiones po¨¦ticas y certeras, como que las evidencias est¨¢n "heridas de futuro". En la presentaci¨®n de la novela, Javier Lasheras habl¨® de vivir en el gerundio, que es una forma de evitar lo in¨²til, de olvidar el pasado y tambi¨¦n el destino.
Deseo terminar con un pensamiento de Marlen Haushofer muy femenino y que tiene mucho que ver con el asunto de la novela: "El amor que conoc¨ª casualmente siempre ser¨¢ aleatorio y anodino. Lo correcto ser¨ªa amar a una ¨²nica persona y no a las sensaciones agradables que nos proporcionan".
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