Cogidas de Liria y Encabo

La emoci¨®n lleg¨® cuando la corrida se hab¨ªa precipitado por la pendiente del aburrimiento. La emoci¨®n y la sangre que derramaron Pep¨ªn Liria y Luis Miguel Encabo ante dos toros que embistieron en la muleta, pero que desarrollaron el sentido necesario para no permitir la menor confianza. Ambos diestros afrontaron el reto con pundonor y los dos se ganaron el reconocimiento de la afici¨®n, aunque no consiguieron el triunfo deseado. Los tres primeros toros de Adolfo Mart¨ªn, blandos y descastados; encastados los otros tres, pero todos dif¨ªciles, de los que engrandecen la entrega de cualquier torero.
No es un descubrimiento que Liria es un bravo torero que se crece ante las dificultades. Se justific¨® ante el peligroso primero y sali¨® a jug¨¢rsela en el otro, un toro blando, con casta y con intenciones poco claras. El comienzo de faena fue espectacular: ayudados por bajo muy largos y dos extraordinarios pases de la firma. Muy entregado, lo tore¨® por la derecha en dos tandas aceleradas y emocionantes por la velocidad del toro. M¨¢s quedado por la izquierda, le rob¨® unos naturales, y cuando intentaba cerrar la ¨²ltima tanda result¨® volteado y herido en el muslo izquierdo. A pesar de ello, quiso matar al toro y lo pinch¨® tres veces en todo lo alto antes de cobrar una estocada. Quiz¨¢ no fue una faena redonda, quiz¨¢ supo a poco si se recuerda al Liria de a?os atr¨¢s, pero se le debe reconocer su valent¨ªa y entrega ante un toro que exig¨ªa los cinco sentidos para estar delante. Liria estuvo con un pundonor y una torer¨ªa admirables.
Mart¨ªn / Liria, Encabo, Valverde
Toros de Adolfo Mart¨ªn, el 6? como sobrero, desigualmente presentados, blandos y mansos los tres primeros y encastados los tres ¨²ltimos; todos desarrollaron sentido en el tercio final. Pep¨ªn Liria: estocada muy baja (palmas); tres pinchazos y estocada (gran ovaci¨®n). Luis Miguel Encabo: pinchazo, media tendida y trasera y dos descabellos (silencio); pinchazo, estocada, un descabello y el toro se echa (gran ovaci¨®n). Javier Valverde: estocada en lo alto (silencio); estocada atravesada (gran ovaci¨®n). Enfermer¨ªa: Liria result¨® herido por el 4? toro en el tercio medio de la cara posterior del muslo izquierdo con una trayectoria de 15 cent¨ªmetros. Pron¨®stico menos grave. Encabo result¨® herido por el 5? en el tercio medio de la cara posterior del muslo derecho con trayectoria que contornea el f¨¦mur de 20 cent¨ªmetros. Pron¨®stico menos grave. Plaza de Las Ventas, 4 de junio. 21? corrida de feria. Lleno.
A Encabo le pas¨® algo parecido. Antes de seguir hay que rese?ar que tore¨® de maravilla a la ver¨®nica al primero de Liria y a los dos suyos. Despu¨¦s, no fue el torero poderoso que exig¨ªa su primero, y all¨ª estuvo al hilo del pit¨®n, con medios pases, sin aparente intenci¨®n de jugarse el tipo. Encastado fue el quinto y lo brind¨® al p¨²blico en se?al de esperanza. En los primeros derechazos ya estaba volando por los aires. Despu¨¦s, el torero se relaj¨® mientras la sangre le corr¨ªa taleguilla abajo, tom¨® la izquierda y traz¨® dos reposadas tandas de naturales de mucha calidad. Una trincherilla, unos ayudados por bajo, y una gran ovaci¨®n para el toro y otra para el torero. Es decir, una faena a medias, aunque justificado estaba el torero por la cornada recibida, a pesar de la cual sigui¨® toreando.
Valverde se libr¨® de la quema de milagro porque sus oponentes lo buscaron una y otra vez con intenciones de que visitara la enfermer¨ªa. Muy encimista y valiente con su agotado primero, al que mat¨® de una excelente estocada, se encontr¨® despu¨¦s con un toro encastado y repetidor al que no acab¨® de entender.
No debe ser nada f¨¢cil coger el aire y las distancias a estos toros que tan r¨¢pidamente aprenden lo malo, pero quiz¨¢ por eso un ¨¦xito ante ellos adquiere un relieve especial. Valverde no le perdi¨® la cara, lo encel¨® bien en dos buenos naturales, pero qued¨® la impresi¨®n de que el toro result¨® vencedor en la pelea, de que no hab¨ªa quedado poso de toreo de calidad. De hecho, lo mat¨® r¨¢pidamente y la emoci¨®n del p¨²blico no tuvo fuerza ni para que diera la vuelta al ruedo.


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