Estado de gracia

Se ve¨ªa venir. Col¨¢ndose por la rendija del insulso pop espa?ol de los ¨²ltimos 10 a?os, el cuarteto madrile?o ha ido escalando pelda?o a pelda?o, dej¨¢ndose querer por sus fans, pero ofreciendo, adem¨¢s, canciones hechas en un local de ensayo -o sea, de verdad-; interpret¨¢ndolas ellos mismos en sus directos y en sus discos, y d¨¢ndole una patada en los dientes a la sagrada ciencia del marketing discogr¨¢fico, verdadero culpable del hoyo en el que se encuentra la m¨²sica joven espa?ola en estos momentos.

As¨ª, Dani, David, Jandro y Chema han cumplido su sue?o, pedazo de sue?o, de llenar la plaza de Las Ventas por derecho; y lo han hecho a lo grande: con admiradoras durmiendo a la puerta del recinto taurino para coger primera fila. Con avalancha de fans en cuanto se abrieron las puertas. Con chicas que, con tal de no perder su sitio para ir al lavabo, se pon¨ªan all¨ª mismo a hacer lo que fuera, desafiando bajadas de tensi¨®n y lipotimias. Un exitazo, en fin.

El grupo aparec¨ªa exultante a los sones de Un poquito insoportable y el pop con coartada generacional se adue?¨® de una atm¨®sfera en la que el bramido de la hinchada compet¨ªa con el equipo de sonido sin que hubiera un ganador claro. Tras A contracorriente y No quiero nada, en las pantallas de v¨ªdeo se ve¨ªa la cara de ilusi¨®n de Dani y sus compinches, quienes agradecieron a sus convecinos la respuesta a su convocatoria y se lanzaron por una pendiente de ¨¦xitos que corresponden a sus tres discos de estudio hasta la fecha. En aut¨¦ntico estado de gracia, el cuarteto le dio un repaso a 26 canciones que fueron coreadas por el p¨²blico hasta la ronquera, incluido el actor Fernando Tejero, a quien sacaron al escenario para que se estrenara como cantante. Entre las canciones interpretadas por el grupo hay que destacar Sue?os, Una salida, Otra vez, que brill¨® en la voz de David Otero, y hasta la sinton¨ªa de la serie Siete vidas.

Hubo tambi¨¦n en el concierto tiempo para recordar a las v¨ªctimas del pasado 11-M con la canci¨®n Nada volver¨¢ a ser como antes, para soltar una paloma de la paz y hasta para invitar a los asistentes, que aceptaron gustosos el convite, a ense?arle el dedo coraz¨®n a las autoridades madrile?as por la cacicada de cerrar la sala Caracol y pretender luego el voto joven. Con toda la raz¨®n, Dani expres¨® que, sin esa peque?a sala y muchas otras m¨¢s que ya no existen, los grupos como ellos tal vez nunca llegar¨ªan a Las Ventas.

Como fin de fiesta inesperado, a la llamada de El Canto del Loco acudieron tambi¨¦n sus padres espirituales, los Hombres G, con los que realizaron una interpretaci¨®n al alim¨®n del cl¨¢sico Sufre, mam¨®n. A los sones de La madre de Jos¨¦ y en medio de una lluvia de papelitos que tuvo respuesta en el delirio del p¨²blico, El Canto del Loco se despidi¨® de su Madrid para hacer una gira por toda Espa?a y sumirse luego en un par¨®n discogr¨¢fico e incubar su estir¨®n como artistas. Buena suerte y buen crecimiento, que lo m¨¢s dif¨ªcil ya est¨¢ hecho.