EE UU propone en la ONU castigar a las milicias de Sud¨¢n
Powell presiona al Gobierno de Jartum y visita un campo de refugiados en la regi¨®n de Darfur
Recibido con los c¨¢nticos de miles de v¨ªctimas de la violencia, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, visit¨® ayer un inmenso campo de desplazados en el oeste de Sud¨¢n. El objetivo de la visita era presionar al Gobierno de Jartum para que facilite la intervenci¨®n humanitaria en la regi¨®n de Darfur, donde los enfrentamientos entre rebeldes y milicias progubernamentales ya han causado m¨¢s de un mill¨®n de desplazados.
Powell, acompa?ado del ministro de Exteriores sudan¨¦s, inst¨® al Gobierno a que controle las milicias ¨¢rabes que atacan los pueblos de negros africanos y a que levante las restricciones sobre el reparto de comida y medicinas en los m¨¢s de 100 campos de desplazados de Darfur. "Los campos sirven de forma provisional, pero no pueden ser una respuesta definitiva", dijo Powell despu¨¦s de una visita de 15 minutos. "Esperamos el fin de los combates. Esperamos a ver los Janjawid bajo control y desmantelados, de forma que la gente pueda dejar los campos y volver a sus casas".
Tras volar en su Boeing 757 desde la capital, Jartum, el secretario de Estado primero se entrevist¨® en la ciudad de Fasher con representantes de organizaciones humanitarias y miembros de la comisi¨®n que vela por el respeto del alto el fuego entre los grupos rebeldes de la regi¨®n y el Gobierno. Luego Powell se dirigi¨® al campo en un Chevrolet blindado preparado especialmente para su visita. Con una temperatura superior a los 40 grados y bajo la amenaza de una tormenta de arena, la muchedumbre se agolp¨® alrededor de Powell mientras ¨¦ste pasaba junto a pozos y refugios hechos de ramas, paja y pl¨¢stico.
Responsables de la ayuda humanitaria dijeron que este campo, donde viven unas 40.000 personas, es uno de los mejor mantenidos, lo que no impide una malnutrici¨®n patente entre los ni?os. Irfan Sulejmann, del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, asegur¨® que ayud¨® a construir el campo en abril despu¨¦s de que una epidemia de sarampi¨®n, que, seg¨²n un funcionario de EE UU, mat¨® a 800 ni?os, obligara a dejar otro campo.
Cerca del 80% de la gente en el campo son mujeres y ni?os, dicen los responsables. Una mujer, que se identific¨® como Maghas, abord¨® a un periodista que segu¨ªa a Powell para decirle que las milicias mataron a su padre y a sus hermanos, cort¨¢ndoles la garganta y las manos. Se qued¨® sola para cuidar de sus cuatro hermanas mientras "el Gobierno afirma que no ha pasado nada", dijo.
Pero en la multitud alrededor de Powell, mucha gente, especialmente los hombres, estaban bien vestidos y parec¨ªan bien nutridos. Circul¨® la informaci¨®n de que el Gobierno, a la espera de la visita del representante estadounidense, sac¨® del campo a unos refugiados para reemplazarles por otros. El secretario de Estado, sin embargo, asegur¨® a los periodistas que "no es relevante que todos vivan en el campo o que algunos hayan venido s¨®lo este d¨ªa".
Powell dijo que la visita daba "cuerpo" a los informes que hab¨ªa recibido en Washington sobre las condiciones de vida en la regi¨®n y confirmaban la necesidad de mejorar la seguridad para que la gente pueda dejar los campos. Seg¨²n dijo, transmiti¨® un "mensaje firme" al ministro de Exteriores, Mustafa Osman Ismail, para que cese la violencia en la zona.
"Intentan negar los hechos", dijo un alto cargo del Departamento de Estado que viajaba con Powell. "Intentan evitar las consecuencias". El alto cargo, que prefiri¨® mantener el anonimato, asegur¨® que Powell le dijo el martes a presidente Omar Hassan Bashir que Estados Unidos sabe claramente lo que est¨¢ pasando y que el Gobierno sudan¨¦s tiene la responsabilidad de actuar.
Coincidiendo con la visita de Powell, Estados Unidos present¨® ayer una propuesta de resoluci¨®n al Consejo de Seguridad de la ONU por la que se establecer¨ªa un embargo de armas a Sud¨¢n, informa Sandro Pozzi. El proyecto contempla adem¨¢s una prohibici¨®n de viajes a los miembros de la milicia. Sin embargo, no se contemplan acciones concretas ni sanciones, a la espera de ver c¨®mo responden a las presiones diplom¨¢ticas. La idea es darles un plazo de un mes para que el Consejo de Seguridad pueda decidir el castigo por su apoyo a la campa?a de limpieza ¨¦tnica de las milicias.
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