'Strippers' de uniforme
Por descontado, no solamente alg¨²n mosso d?esquadra m¨¢s deber¨ªa trabajar de stripper en sus horas libres, despoj¨¢ndose de su uniforme real para solaz de la concurrencia de un local nocturno, sino que ¨¦sta actitud deber¨ªa extenderse al resto de los uniformes en estos tiempos de calor. Todav¨ªa faltan por unirse a esta declaraci¨®n de libertad los bomberos, los cirujanos, los antidisturbios, los toreros, los jueces, los militares, entre otros profesionales.
La pregunta es: ?quitarse el uniforme de forma m¨¢s o menos er¨®tica implica una sincera liberaci¨®n para el que se lo quita, o mayor transparencia en el trabajo que desempe?a? Suponiendo que en algunos casos el uniforme se lleva por dentro, ser¨ªa quiz¨¢s necesario alcanzar un mayor nivel de desnudez, pasando por la piel y despu¨¦s por los m¨²sculos hasta los huesos, y despu¨¦s eliminar tambi¨¦n los huesos hasta llegar al ¨¢tomo, que es uno de los mayores grados de despelote conocidos, si es que resulta cierto que los cueros est¨¢n hechos de polvo de estrellas.
Muchos deber¨ªan, como el mosso d?esquadra que pec¨®, atreverse a quitarse los galones sin sentirse desnudos, y despu¨¦s todo lo dem¨¢s, deshacerse de las m¨¢scaras que son yelmos, de toda insignia y abalorio, para que uno tenga la certeza de que se encuentra ante un ser humano, m¨¢s all¨¢ de los disfraces reconocidos como identidad social.
Pero claro, si lo hici¨¦ramos el mundo sufrir¨ªa una convulsi¨®n, ser¨ªa una cat¨¢strofe, si damos por sentado que el ser humano necesita ocultarse en las profundidades, bajo muchas capas de pretendida civilizaci¨®n, palabra que acaso denomine un disfraz global, com¨²n a toda la poblaci¨®n mundial. Recordemos aquella vieja canci¨®n de Richard Cocciante que dec¨ªa: "Y ahora desn¨²date / como ya sabes t¨² / no te equivoques / no me importas t¨² / t¨² me desear¨¢s / bella sin alma".
Al fin y al cabo, otros que no llevan uniforme tambi¨¦n saben desnudarse, pero sin ense?arlo todo, son maestros del strip-tease a los que repele la pornograf¨ªa, iconos er¨®ticos del poder, conscientes de hasta qu¨¦ punto deben llegar, y todo por el bien com¨²n, para que no haya verg¨¹enza propia ni ajena; y, en cierto modo, qu¨¦ quieren que les diga, casi es de agradecer, porque la falsedad, porque la hipocres¨ªa, porque la doble moral son obscenas. As¨ª que van de mierda hasta el cuello, pero salen a la calle orgullosos de poder vestirla mediante corbatas parecidas a condecoraciones, trajes impecables como garant¨ªas de honestidad, autom¨®viles que son m¨¢s que coches, y principios ¨¦ticos de quita y pon.
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