Estatuto
En d¨ªas como ¨¦ste del 9 de octubre la mayor¨ªa de los pol¨ªticos suelen registrarse el ombligo para componer discursos muy vinculados a la ra¨ªz del pueblo valenciano, y casi siempre acaban refiri¨¦ndose a la exigencia improrrogable de reformar el Estatuto de Autonom¨ªa, un asunto revestido de vital trascendencia para el funcionamiento del autogobierno y por el que la gente que vive extramuros del d¨ªa a d¨ªa pol¨ªtico, que es la mayor¨ªa, siente un desinter¨¦s formidable. Pero muchos de nuestros representantes se han instalado ah¨ª, en esa acogedora espiral que, de alg¨²n modo, ha absorbido y encauzado la inagotable energ¨ªa de los apasionados debates suscitados en los d¨ªas ¨¦picos de la transici¨®n, cuyo saldo fue un profundo socav¨®n civil que termin¨® cuajando una repelente caricatura de los valencianos en el resto de Espa?a. Pero para ellos la transici¨®n no es s¨®lo una referencia asimilada sino el m¨¢s atractivo parque tem¨¢tico ps¨ªquico, un escenario en el que lo que pudo haber sido y no fue parece que todav¨ªa es posible desarrollarlo, incluso darle la vuelta al marcador. Por eso a la m¨ªnima insisten en apretar ese tornillo pasado de rosca, incluso el alborotador Eliseu Climent, la ¨²nica pieza en activo que subsiste de los flujos remotos de la transici¨®n, le hace ahora un festival con toda suerte de sombras, fantas¨ªas y figuraciones a prop¨®sito de los Premis Octubre. Desconocemos en qu¨¦ mejorar¨¢ la vida de los valencianos si el Estatuto se adjudica la capacidad de anticipar la disoluci¨®n de las Cortes, incluso qu¨¦ tipo de satisfacciones nos reportar¨¢ si la Generalitat recibe nuevas competencias, como la gesti¨®n penitenciaria. A estas alturas de la corrida es muy probable que el ciudadano est¨¦ m¨¢s preocupado en la calidad de la gesti¨®n de lo que nos fue transferido que de la perspectiva de incrementar competencias para saciar la inquietud simb¨®lica. Y ¨¦se es un asunto tan crucial como esquivado en las alocuciones de hoy. Junto a la falta de previsi¨®n sobre el momento de extrema fragilidad que atraviesa el sistema econ¨®mico y a la p¨¦rdida de opciones a la que nos conduce la ausencia de consensos b¨¢sicos entre los dos principales partidos, es una de las tres profundizaciones estatutarias que resultar¨ªan inteligibles.
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