Entre Escila y Caribdis
Apenas estrenada la juventud, Jaime Siles (Valencia, 1951) sentaba ya plaza de traductor brillante y fil¨®logo destacado, adem¨¢s de poeta precoz que en 1973 obtendr¨ªa el Premio Ocnos con Canon, libro y t¨ªtulo que concretaban su empe?o por podar el jard¨ªn de las delicias para reducirlo a la geometr¨ªa de la inteligencia. En ¨¦l figuraba el espectacular poema Tragedia de los caballos locos, donde unos animales piafantes y de belfos hinchados arremet¨ªan apocal¨ªpticamente contra la idea de orden; claro que esta composici¨®n, tan poco can¨®nica, proced¨ªa de su libro anterior G¨¦nesis de la luz (1969). El mismo autor que propon¨ªa la pauta del rigor y del despojamiento en los versos parmenideos de Alegor¨ªa (1977), se sent¨ªa al tiempo atra¨ªdo como te¨®rico por el dinamismo y la exuberancia de la l¨ªrica del XVII (El Barroco en la poes¨ªa espa?ola).
PASOS EN LA NIEVE
Jaime Siles
Tusquets. Barcelona, 2004
184 p¨¢ginas. 12,50 euros
La evoluci¨®n de Siles lo llev¨® del minimalismo (M¨²sica de agua, 1983) a una efervescencia posvanguardista (Sem¨¢foros, sem¨¢foros, 1989). Pasos en la nieve se nos presenta como un libro plural en tonos y temas.
Lejos de guarecerse bajo el paraguas de su maestr¨ªa, el autor ha ensayado, casi temerariamente, m¨²ltiples caminos que van del desbordamiento emocional, en un extremo, a la filigrana manierista, en el otro. Contiene el libro estampas de ciudades, retratos de personas y personajes, evocaciones de infancia, chiner¨ªas que trascienden el exotismo tur¨ªstico, y reflexiones crepusculares fiadas a la humildad de las palabras. Junto a los poemas en verso libre, hay muchos otros de gran rigor m¨¦trico.
El escritor no ha rehusado determinadas confesiones meramente referenciales ("Lo musulm¨¢n me atrae / y lo chino tambi¨¦n") cuando no enf¨¢ticas ("Pulo una dif¨ªcil forma poem¨¢tica"). Los mon¨®logos de personajes hist¨®ricos incorporan la admiraci¨®n del poeta, un elemento exterior que, al exponerse en primera persona, suena a artificio escenogr¨¢fico; as¨ª cuando se le hace decir a Antonio Espina, como un Cernuda menor: "Os dejo mi Signario y mi prosa bien hecha, / dos o tres t¨ªtulos nada desde?ables / y mi obstinada exigencia de rigor". Sus mejores momentos son las evocaciones del pasado y las consideraciones sobre el sentido de su vida, escritas generalmente en heptas¨ªlabos arromanzados. En P¨¢jaro del ocaso une lo a¨¦reo del verso, que recuerda a las barquillas de Lope o a alguna endecha dieciochesca, con los atisbos de muerte: "como t¨² que me lees / y que te vas borrando, / p¨¢gina de la muerte / escrita d¨®nde, cu¨¢ndo". En estos versos, a la vez leves y trascendentes, habita una poes¨ªa aut¨¦ntica que se escapa en esos otros m¨¢s aparatosos o de mayores pretensiones filos¨®ficas. Siles es, desde luego, un poeta variado y de cuantiosos recursos; pero no en todas las estancias de su palacio se encuentra igual de c¨®moda la poes¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.