El reto de la sanidad madrile?a no admite demora

El compromiso electoral de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de acabar con las demoras en las listas de espera quir¨²rgicas, condicionando a ello su permanencia en el puesto, est¨¢ sirviendo de acicate para sacar a la luz las graves carencias de la sanidad p¨²blica madrile?a. Las sucesivas denuncias, quejas, informaciones y noticias generan una nueva remesa de comisiones, subcomisiones, promesas... y m¨¢s promesas.

Pero, si bien es cierto que la sanidad madrile?a no admite m¨¢s demoras en la b¨²squeda de soluciones, es m¨¢s cierto a¨²n que la falta de planificaci¨®n global, la insuficiencia presupuestaria y la sumisi¨®n de la actividad p¨²blica a los intereses de los partidos puede conducir a iniciativas precipitadas que agraven una situaci¨®n ya deteriorada.

El modelo sanitario madrile?o est¨¢ a¨²n por definir, y esto nos sit¨²a ante una oportunidad

El Informe Anual de 2003 del Ministerio de Sanidad y Consumo, publicado el 30 de diciembre de 2004 en el diario EL PA?S, pone de manifiesto lo que los profesionales y la poblaci¨®n sabemos desde hace tiempo: que la desproporci¨®n entre la financiaci¨®n y las necesidades est¨¢ produciendo un deterioro global en el Sistema Nacional de Salud. El retroceso en el porcentaje del PIB destinado a Sanidad, del 5,6% al 5,4%, nos sit¨²a entre uno y dos puntos por debajo de la media del entorno europeo, siendo llamativa la ca¨ªda en el porcentaje destinado a personal frente al incremento de la factura farmac¨¦utica. Sabemos, adem¨¢s, que esta situaci¨®n no es homog¨¦nea entre las distintas comunidades aut¨®nomas, y que precisamente Madrid ha visto disminuir el presupuesto sanitario per c¨¢pita de sus ciudadanos un 4,5% entre 2003 y 2004. Actualmente, nuestra Comunidad se sit¨²a en este tema por debajo de la media del conjunto de las autonom¨ªas, con un presupuesto medio de 882 euros frente a la media nacional de 955 euros, seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad.

Resulta obvio el paralelismo entre la asfixia presupuestaria y el descenso en las encuestas de satisfacci¨®n de los usuarios con la asistencia recibida, tanto en atenci¨®n especializada (hospitales y ambulatorios de especialidades) como en atenci¨®n primaria (centros de salud). Es evidente tambi¨¦n que la satisfacci¨®n de los profesionales sanitarios se encuentra en uno de sus momentos m¨¢s bajos, como comprobamos diariamente al menos en atenci¨®n primaria, aunque nadie nos lo pregunte. Es cierto que tras 25 a?os de la creaci¨®n de la especialidad de medicina de familia se ha logrado un gran reconocimiento e identificaci¨®n de los usuarios con la reforma de la atenci¨®n primaria, lo que es un motivo de orgullo para todos los m¨¦dicos de familia y dem¨¢s trabajadores del centro de salud. Pero la ¨²ltima d¨¦cada ha estado marcada por la masificaci¨®n de las consultas, la burocratizaci¨®n de la actividad y el crecimiento imparable en las demandas asistenciales relacionadas con pruebas diagn¨®sticas y terap¨¦uticas, lo que amenaza la viabilidad de nuestro sistema sanitario.

Frente a este desaf¨ªo, ser¨ªa necesario un replanteamiento de estrategias y planificaci¨®n a corto, medio y largo plazo. Vemos, sin embargo, c¨®mo al previo debate de las listas de espera quir¨²rgicas se a?ade ahora el de las listas de espera para pruebas diagn¨®sticas y primera visita para las consultas en atenci¨®n especializada. Las iniciativas a tomar pueden ser, al parecer, similares a las adoptadas con la cirug¨ªa, es decir, el pago de las llamadas "peonadas", fuera del horario habitual de trabajo. Los efectos perversos de este sistema son claros, reforz¨¢ndose un c¨ªrculo vicioso de profesionales que se consideran mal pagados y que reciben un complemento a su salario por v¨ªas an¨®malas.

?Existen otras alternativas para dar respuesta a las necesidades sanitarias de los madrile?os mejorando el sistema sanitario p¨²blico? Creemos que s¨ª, y b¨¢sicamente a trav¨¦s del reforzamiento del papel de la atenci¨®n primaria como verdadero eje de este sistema. La proporci¨®n de m¨¦dicos de familia en Espa?a es del 33% sobre el total de m¨¦dicos, aunque se considera id¨®neo un porcentaje alrededor del 50%. En un entorno de envejecimiento paulatino de nuestra poblaci¨®n, que llegar¨¢ a contar con un 21% de mayores de 65 a?os en 2025, se necesita una potente organizaci¨®n de servicios sanitarios y sociales en el ¨¢mbito comunitario para poder atender una demanda imposible de canalizar s¨®lo a trav¨¦s de los hospitales. Es en el nivel primario donde se puede ofertar de forma eficiente una atenci¨®n sanitaria p¨²blica para la mayor parte de los problemas de salud.

Los medios para prestar esta atenci¨®n son actualmente insuficientes y muy heterog¨¦neos entre las distintas zonas geogr¨¢ficas de la Comunidad de Madrid. La petici¨®n de pruebas diagn¨®sticas b¨¢sicas est¨¢ mayoritariamente en manos de los especialistas de los hospitales, lo que alarga innecesariamente los pasos y plazos para valorar y resolver los episodios cl¨ªnicos. Cualquier soluci¨®n del problema pasa por reconocer a los m¨¦dicos de familia su competencia profesional, fruto mayoritariamente de la formaci¨®n MIR (m¨¦dicos internos y residentes) equiparable a la de los dem¨¢s especialistas. Nuestro sistema de salud ha de regular el derecho y el deber de todo facultativo a hacer un uso adecuado de las pruebas diagn¨®sticas, con la ¨²nica limitaci¨®n de la pertinencia e indicaci¨®n de la misma.

El modelo sanitario madrile?o est¨¢ a¨²n por definir, y esto nos sit¨²a ante una oportunidad hist¨®rica a profesionales, ciudadanos y pol¨ªticos. Tres a?os despu¨¦s de la transferencia de la sanidad no podemos seguir esperando y cada cual desde su puesto puede contribuir en la construcci¨®n de un Modelo Sanitario Madrile?o con la calidad y perdurabilidad que todos merecemos.

Paulino Cubero Gonz¨¢lez es vicepresidente de la Sociedad Madrile?a de Medicina de Familia y Comunitaria (SMMFYC) y Cristina C¨¢mara Gonz¨¢lez es miembro del Foro 25 de la SMMFYC.