Naranjas de m¨¢rmol
Marinus Michels forma parte del santoral barcelonista. Como todos los hacedores de milagros, le rodean muchas leyendas, y una de ellas sostiene que era un tipo sombr¨ªo y autoritario. Las leyendas, sin embargo, las carga el diablo. Para los cul¨¦s, Michels es la primera piedra de una relaci¨®n con Holanda que todav¨ªa dura. Su influencia fue decisiva para traer a Cruyff, con el que hab¨ªa compartido mucho f¨²tbol en el Ajax y la selecci¨®n holandesa.
C¨®modo con la imagen de hombre serio y tozudo, su aureola creci¨® a medida que sus pupilos destilaban un juego atrevido e innovador que culmin¨® con la maravillosa Liga de la temporada 1973-1974. ?Su secreto? Un sentido de la estrategia revolucionario, que dinamit¨® los lastres t¨¢cticos con libertad de marcas, t¨¦cnica depurada, velocidad y polivalencia. La ¨¦poca hizo el resto.
En el Ajax, Michels dirig¨ªa a un grupo de melenudos que, luego, en los entrenamientos ten¨ªan que purgar sus excesos y pecados de juventud con carreras interminables.
Ex jugador del Ajax, entrenador de categor¨ªas inferiores, testigo de las primeras exportaciones de talentos locales (Rijvers, Wilkes, Rosenburg), Michels aprendi¨® al mismo tiempo que ense?aba. Descubri¨®, entre otras, las ventajas de presionar en el campo del rival.
Sus pupilos, igual que ¨¦l, tambi¨¦n quedaron deslumbrados por el color del dinero y, una vez en el extranjero, impusieron tarifas inauditas, quiz¨¢ porque sab¨ªan calcular la diferencia entre jugar en un campo con 28.000 espectadores y 5.000 socios (el Ajax de 1974) y hacerlo en un estadio con 100.000 personas y 68.000 socios (el Bar?a de 1978).
Su llegada, junto a la de Cruyff y Sotil, revolucion¨® la Liga y la inercia perdedora del Bar?a. Como guinda, el equipo de Michels se permiti¨® el lujo de marcarle cinco goles al Madrid en el Bernab¨¦u. Incluso el diario El Alc¨¢zar tuvo que rendirse a la evidencia y titular: "Cruyff hunde al Madrid". La naranja mec¨¢nica se hab¨ªa enriquecido con las aportaciones de Rexach, Sotil, Marcial, Asensi, Torres y Juan Carlos.
Michels fue una referencia muy importante para Cruyff y le acompa?¨®, con sus m¨¢s y sus menos, en Amsterdam, Barcelona y Los ?ngeles.
Poco amante del protagonismo medi¨¢tico, supo dejar que brillaran sus jugadores y es la primera referencia de una onom¨¢stica holandesa que pasa por el m¨ªtico Hotel Alpha, Papendal, Van Praag y Neeskens (al que los amantes de Sotil nunca pudimos amar del todo).
Le llamaban mister M¨¢rmol, pero adem¨¢s de duro y fr¨ªo, el m¨¢rmol tambi¨¦n es un material elegante y que resiste el paso del tiempo.
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