El vinilo toma la estaci¨®n de Francia en la primera jornada de la Feria del Disco

Una nariz experimentada notar¨ªa cierto olor a vinilo en la atm¨®sfera, mezclado con el caracter¨ªstico toque del polvo que acompa?a a los discos mal cuidados. Tambi¨¦n era perceptible el olor de los trenes que descansaban en sus v¨ªas muertas. Ocurr¨ªa ayer por la tarde en la estaci¨®n de Francia, donde arranc¨® la tercera edici¨®n de la Feria Internacional del Disco, que permanecer¨¢ abierta hasta ma?ana por la tarde.

No habr¨¢ subasta ni actuaciones en directo, pero el vinilo era el protagonista esencial de un encuentro al que ayer acudieron los coleccionistas capaces de dejarse parte de los ahorros en lo que para otros no deja de ser un trozo circular de pl¨¢stico negro estriado.

Uno de esos coleccionistas era Joan Garc¨ªa, poseedor de una ampl¨ªsima representaci¨®n de la discograf¨ªa de Pearl Jam, obviamente su grupo favorito. Desconoce la cantidad de discos que posee de la banda, pero en un c¨¢lculo aproximado acercaba la cifra a los 300. Ayer se paseaba entre las 250 casetas de la feria un poco desalentado. "Es que ya lo tengo todo", explicaba.

M¨¢s feliz estaba el disc-jockey ?ngel Molina. "Mira qu¨¦ single de cuatro canciones he conseguido", dec¨ªa. Se trataba de un single promocional que anunciaba la explosi¨®n del pop brit¨¢nico de los ochenta e inclu¨ªa un tema nunca grabado en sencillo por Duran Duran, el New religion, y tres temas m¨¢s pertenecientes a Classic Nouveaux, Thomas Dolby y Talk Talk. A todo esto, un disc-jockey menos habilidoso que Molina mezclaba velocidad y tocino en una cabina en la parte posterior de los andenes que acogen la feria. La verdad es que nadie parec¨ªa echar en falta a un grupo en directo.

Ajenos a todo, los coleccionistas hurgaban en los cajones de pl¨¢stico y cart¨®n que acog¨ªan sus preciados objetos de deseo. Se les reconoc¨ªa por cierto gesto nervioso al descubrir algo de valor y sobre todo por tener las yemas de los dedos ennegrecidas.