"China est¨¢ cambiando a un ritmo inimaginable"
El escritor chino Dai Sijie (Fujian, 1945) ha vuelto a dar en la diana. Si Balzac y la joven costurera china, su primera novela, transcurr¨ªa en tiempos de la Revoluci¨®n Cultural, El complejo de Di (Salamandra y Edicions 62 en catal¨¢n) nos lleva a la China de principios del siglo XXI. El escritor ha dirigido la versi¨®n cinematogr¨¢fica de Balzac, que se rod¨® en China, y tiene en su haber pel¨ªculas como China mi dolor, Le mangeur de la lune y Tang le 11i¨¨me.
Muo, el protagonista de El complejo de Di, adora con pasi¨®n ilimitada a Freud y a Lacan y, tras pasar 11 a?os en Par¨ªs estudiando psicoan¨¢lisis, regresa a su pa¨ªs para rescatar de la c¨¢rcel a Volc¨¢n de la Vieja Luna, su primer amor, que cumple condena por haber pasado a la prensa europea fotograf¨ªas de polic¨ªas torturando a detenidos. Muo, que tambi¨¦n pretende ganarse la vida como int¨¦rprete de sue?os, se las tendr¨¢ que ver con el corrupto juez Di, que le exige nada menos que una joven virgen a cambio de liberal a Volc¨¢n.
"En China hay un capitalismo salvaje y violento. S¨®lo se habla de dinero"
"Despu¨¦s de leer el 'Quijote' hay que tener un gran valor para escribir"
Dai Sijie traza a trav¨¦s de las peripecias de Muo una impresionante radiograf¨ªa de la China actual, con mucha iron¨ªa. Es una novela divertid¨ªsima y dura.
Pregunta. ?Por qu¨¦ escribe usted en franc¨¦s?
Respuesta. Estuve 20 a?os escribiendo en chino, pero mis libros no se pod¨ªan publicar en mi pa¨ªs, no porque fueran pol¨ªticos sino porque el tono en que estaban escritos no pasaba la censura. Tampoco pod¨ªa publicar en Taiwan porque era un desconocido, as¨ª que, cuando me fui a Par¨ªs decid¨ª escribir en franc¨¦s.
P. ?Le fue m¨¢s f¨¢cil publicar en Francia?
R. No. Balzac fue rechazada por seis editores a los que conoc¨ªa por mi trabajo en el cine. Al final, casi por azar, la sac¨® Gallimard. Ahora todo es m¨¢s f¨¢cil. Pero es triste escribir en franc¨¦s, que no es mi lengua. Mis amigos, que son m¨¢s radicales que yo, dicen que un pa¨ªs que no publica mis libros no es mi pa¨ªs, pero yo no renuncio. Despu¨¦s de 20 a?os en Francia, me siento mestizo y, como los mestizos, sufro el contraste entre dos culturas tan diferentes. Escribir en franc¨¦s me permite profundizar en estas ideas.
P. ?Se siente m¨¢s chino o m¨¢s franc¨¦s?
R. M¨¢s chino. No tengo la nacionalidad francesa. El arquitecto Yeo Ming Pei, el que hizo la pir¨¢mide del Louvre, es amigo m¨ªo. Tiene la nacionalidad estadounidense desde hace 50 a?os y de ¨¦l aprend¨ª una cosa que no olvidar¨¦ nunca: los chinos seguimos siendo chinos hasta el final.
P. El complejo de Di muestra la tremenda transformaci¨®n que se est¨¢ produciendo en su pa¨ªs.
R. Estuve dos a?os en China rodando Balzac y fue una ocasi¨®n magn¨ªfica para observar y participar en este enorme cambio que se est¨¢ haciendo a un ritmo inimaginable en Europa.
P. ?Es positivo?
R. Depende del punto de vista. Yo no soy soci¨®logo y lo que veo es un capitalismo salvaje y violento. S¨®lo se habla de dinero y, al mismo tiempo, la sociedad est¨¢ muy viva. Es un gran espect¨¢culo ver a mil millones de personas que creen en el capitalismo. Es algo un poco ingenuo pero muy vivo.
P. ?Y el comunismo?
R. Lo m¨¢s formidable es que los propios comunistas han cambiado. Se han hecho capitalistas y ricos. Antes ten¨ªan el poder y ahora tienen poder y dinero. Es curioso. El partido comunista representaba al proletariado, a los pobres, y ahora representa a lo mejor de las fuerzas de producci¨®n, del conocimiento cient¨ªfico...
P. Muo se fue a Par¨ªs para estudiar, como usted.
R. Es en lo ¨²nico en que coincidimos. No es una novela autobiogr¨¢fica. Tengo un amigo que se convirti¨® en el primer psicoanalista chino. Estudi¨® en Par¨ªs y regres¨®. Hay un nuevo tipo de intelectuales que se fueron en los ochenta para estudiar en Europa, Estados Unidos y Jap¨®n y que regresaron y forman parte de la intelectualidad china.
P. ?Y los m¨¢s j¨®venes?
R. En la China capitalista hay dos cosas sagradas: dinero y diplomas. Me siento un poco decepcionado de los intelectuales que vuelven ahora. Antes sal¨ªamos fuera para estudiar y para pensar c¨®mo cambiar nuestro pa¨ªs, ahora la reflexi¨®n sobre el cambio es menor. A mi personaje le cuesta encontrar su lugar en esta nueva China, lo busca durante toda la novela pero no lo encuentra.
P. ?Por qu¨¦ eligi¨® a un psicoanalista como protagonista?
R. No lo hice con el ¨²nico objetivo de escribir una novela. La diferencia tan grande que hay entre los an¨¢lisis freudianos y la psicolog¨ªa china me pareci¨® un fascinante material literario. Me permite reflexionar sobre la vida y la sexualidad de los chinos.
P. ?Hay muchos jueces como el temible Di?
R. S¨ª. Cuando filmaba Balzac, uno de mis ayudantes me cont¨® que ten¨ªa que ir a su pueblo a solucionar un conflicto judicial. ?C¨®mo lo vas a hacer?, le pregunt¨¦. Pagando, me dijo. Pero la parte contraria pag¨® lo mismo que ¨¦l y la cosa no se arregl¨®. ?Qu¨¦ vas a hacer ahora?, le pregunt¨¦. Lo que me ha pedido el juez, que le lleve una chica virgen, me respondi¨®.
P. ?Qu¨¦ pasa con la justicia?
R. Antes de la muerte de Mao no ten¨ªamos noci¨®n de lo que era justicia. Se hac¨ªa lo que dec¨ªa el partido comunista. Ahora hay tribunales y un sistema judicial copiado de Occidente, pero lo curioso es que los tribunales est¨¢n sometidos al partido.
P. Muo topa con el Comit¨¦ de Antipublicaciones Clandestinas.
R. Es un peque?o gui?o sobre mis libros prohibidos, pero que se encuentran en el mercado negro. Lo mismo que la pel¨ªcula. Me permitieron rodarla en China, pero no exhibirla y circula en copias clandestinas y funcionan de maravilla. Los tres actores eran desconocidos y ahora son estrellas. A veces una prohibici¨®n es una bendici¨®n.
P. Muo se compara con Don Quijote.
R. Es una novela que me gusta mucho, una obra maestra. Despu¨¦s de leer libros como el de Cervantes hay que tener valor para escribir. Nunca nadie podr¨¢ escribir tan bien como ¨¦l.

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