Islas basura
Salsa rosa (Tele 5) invit¨® al hijo de Al Bano, Yari Carrisi. Con aspecto de hippy y un castellano bastante deficiente, el hermano de la desaparecida m¨¢s explotada de los ¨²ltimos tiempos se someti¨®, previo pago de una pasta, a las preguntas de los periodistas del coraz¨®n, un gremio que sigue perdido en una espiral can¨ªbal.
Torpe
Al hablar del origen de una frase que dej¨® escrita su hermana, Yari Carrisi dijo: "Es una frase de la beat generation". Temeroso de que no se le entendiera, el presentador Santi Acosta tradujo la expresi¨®n como: "La generaci¨®n de la playa". Yari se lo qued¨® mirando y no le corrigi¨®, quiz¨¢ porque los humanos errores de traducci¨®n no desentonan con esta carro?era escenificaci¨®n. La actitud de Carrisi, muy pasota, se suma a las diversas estrategias de los invitados de Salsa rosa. Est¨¢n los que vienen a cobrar sin decir nada, los que insultan a otros para alargar la pol¨¦mica, los que nunca entran en detalles escabrosos, los que s¨®lo entran en detalles escabrosos, los que mienten y los que cuando est¨¢n a punto de contar algo relevante son interrumpidos por Acosta para dar paso a la publicidad, responder al tel¨¦fono o corear politonos.
Basuras
El escritor Michel Houellebecq lleva meses instalado cerca de Almer¨ªa ultimando una novela titulada La posibilidad de una isla, en la que volver¨¢ a sumergirse en los conflictos actuales. En una reciente entrevista, cuenta por qu¨¦ eligi¨® Espa?a: "Tuve la intuici¨®n de que las cosas se me aparecer¨ªan de un modo m¨¢s claro en Espa?a. Que, sobre muchos temas, los envites biol¨®gicos de la sexualidad, de la vejez y de la reproducci¨®n, los espa?oles eran menos hip¨®critas. Aqu¨ª se utiliza el t¨¦rmino telebasura, y es cierto que la televisi¨®n espa?ola es realmente una televisi¨®n basura, pero eso no impide que sea una fuente de ricas ense?anzas. Claro que uno siente un poco de verg¨¹enza al mirar eso, pero la intensidad de los testimonios es m¨¢s fuerte."
Triunfalismo
No s¨¦ qu¨¦ opinar¨ªa Houellebecq del debate del mi¨¦rcoles en el Congreso (La 2). El presidente Zapatero hizo una exhibici¨®n de triunfalismo y autoestima. Sus palabras fueron acompa?adas de ese murmullo constante de quienes no entienden hasta qu¨¦ punto les desacredita no saber guardar silencio y los oradores perdieron mucha energ¨ªa en practicar la esgrima del reproche, tan rentable medi¨¢ticamente como est¨¦ril para los ciudadanos. Mariano Rajoy cit¨® a Berlanga. Es la referencia adecuada para describir muchos episodios de nuestra vida pol¨ªtica reciente. Zapatero tambi¨¦n habl¨® de la independencia de la televisi¨®n y del deseo de acabar con las campa?as de autobombo por parte de los ministerios. Ojal¨¢ sea as¨ª. Luego, hacia el final de su discurso, culmin¨® su inventario de te¨®ricos aciertos con una afirmaci¨®n en la que dijo que, para un a?o de legislatura, no est¨¢ nada mal haber hecho tantas cosas. O sea: practic¨® el autobombo.
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