"El otro Armstrong es divert¨ªdisimo"

De Lance Armstrong se han escrito libros -el ¨²ltimo, La guerra de Armstrong, de Daniel Coyle-, de Armstrong habla todo el mundo. De Armstrong parece que ya se sabe todo, pero hay gente como Roberto David que cree que no.

En el Tour, donde quiera que se mueva Lance Armstrong aparecer¨¢n no menos de siete c¨¢maras y una, la de Chris Phillips no falta nunca. De hecho, lleva grabando a Lance tantas horas como Alex Herrera ha captado su voz. Tantas que han dado material para que, convertido en gui¨®n y editado, Roberto David haya entregado a la cadena Discovery Channel -la patrocinadora de su equipo- dos documentales: Siguiendo a Lance, en f¨®rmula de cinco cap¨ªtulos, y La ciencia de Lance, emitido en 35 idiomas, en 165 pa¨ªses,

El material fue grabado desde el 1 de abril hasta el final de la Dauphin¨¦: tres cl¨¢sicas en Europa, la vuelta a Georgia, la visita a Ax-3Domaines y al Pla d'Adet, finales de etapa 14 y 15 respectivamente de este Tour, que Lance realiz¨® antes de correr la Dauphin¨¦ servir¨¢n para ilustrar la historia de su ¨²ltimo Tour. Nunca graban la carrera y prefieren no intimar demasiado con el grupo deportivo. "Lo m¨¢ximo, tres d¨ªas estuvimos en su hotel porque no hab¨ªa otro remedio, pero no me gusta estar muy presente cerca de Lance", dice David. Su f¨®rmula de trabajo la resume gr¨¢ficamente: "Somos una mosca en la pared, lo vemos todo y no decimos nada".

Una mosca que s¨®lo tiene ojos para Armstrong.

Tejano y de Austin, como el propio Armstrong, David prev¨¦ cada movimiento dispuesto a inmortalizar el d¨ªa a d¨ªa del que se?ala como el mejor ciclista del mundo. No hay gui¨®n, no hay t¨ªtulo para el documental porque no pretende escribir la historia. "Grabamos y cuando veamos qu¨¦ hay, le daremos sentido". Tiene previsto acumular 40 horas de material al t¨¦rmino de la carrera y entre esas im¨¢genes da por hecho que tendr¨¢ la imagen de Armsrtong en los Campos El¨ªseos vestido de amarillo. Pero antes de montar, mezclar, poner m¨²sica, editar, ya tiene clara una cosa: "Es un l¨ªo ser Armstrong". "Le quieren tocar, le piden bidones, fotos, gorras. Es algo m¨¢s que un ciclista, es un t¨ªo que ha ganado al c¨¢ncer", explica David.

Mientras, sigue descubriendo d¨ªa a d¨ªa la personalidad de alguien que reconoce "mucho m¨¢s humano de lo que la gente piensa. Claro, hombre, es una persona que come, duerme, va al lavabo. ?Es una persona!". Defiende que se proteja de la multitud. Pero cuando est¨¢ solo no se parece en nada a la persona hura?a que, vestida de ciclista y con dorsal, prefiere pagar una multa de 60 euros a tener que pasar por el asedio del control de firmas. "Es que", sostiene David, "el otro Armstrong es divertid¨ªsimo. Parece serio, pero es ¨¦l quien anima a todo el equipo con su humor. Le gusta la risa. Es un tipo chistoso".

Para Robert David est¨¢ claro que el director del equipo Discovery, Johan Bruyneel, y Lance Armstrong "formam dos hemisferios de un mismo cerebro, al que Lance pone el m¨²sculo. Es un juego de ajedrez sobre ruedas. Bruyneel piensa todo el rato". La mosca en la pared tiene clara otra cosa: s¨®lo Hincapi¨¦ conoce a Lance de verdad. "Le mira y sabe qu¨¦ piensa. Han crecido juntos y son amigos Lance no ser¨ªa lo mismo sin George al lado y lo sabe".