La cultura musical, para las ¨¦lites
Suscribo todo lo que dice la presidenta de la Confederaci¨®n de Educaci¨®n Musical, B¨¢rbara Rivas, en la entrevista que publican en la edici¨®n del pasado 11 de julio. Como se?ala la profesora, la cultura musical -y en general art¨ªstica- arrastra en Espa?a un d¨¦ficit cr¨®nico, y, por parad¨®jico que parezca, las sucesivas reformas educativas no hacen sino agravar la situaci¨®n.
Soy padre de una ni?a que comenz¨® este curso la educaci¨®n primaria. Si exceptuamos lengua, matem¨¢ticas y conocimiento del medio (ciencias naturales y sociales), que concentran la mayor carga lectiva, la distribuci¨®n horaria semanal entre las restantes materias es la siguiente: tres clases de gimnasia, dos de ingl¨¦s, dos de pl¨¢stica, dos de "alternativa" (en su ingenuidad, la ni?a dice que unos ni?os han dado "religi¨®n" y otros "alternativa") y una de m¨²sica. Y, al parecer, la reforma proyectada no va a reconducir esta situaci¨®n.
Suscribo todo lo que dice B¨¢rbara Rivas, incluso su apreciaci¨®n de que "s¨®lo las ¨¦lites podr¨¢n disfrutar de la m¨²sica", porque pueden pagar a sus hijos una educaci¨®n musical que la escuela no ofrece. Yo formo parte de esa ¨¦lite, pues convencido como estoy de los beneficios formativos de una buena cultura musical me gasto m¨¢s de 120 euros al mes en clases para la ni?a en una escuela privada de m¨²sica: lenguaje musical y viol¨ªn. Para una econom¨ªa dom¨¦stica media/media-baja como la de nuestra familia (admitan que me refugie en el pudor para no dar cifras, pero cr¨¦anme), pagando en Madrid un alquiler mensual de ?930 euros!, etc., la procura de aquella educaci¨®n musical supone un muy notable esfuerzo.
El secreto, y el riesgo, es el siguiente: ahorro familiar cero. Y por lo que puedo saber de la gente que lleva a sus hijos a aquella misma escuela de m¨²sica, la nuestra no es una circunstancia ni mucho menos excepcional.
No dudo, pues, de que formemos parte de la ¨¦lite. Pero quer¨ªa transmitir a los lectores mi experiencia para que tengan una idea m¨¢s cabal de las muy variadas ¨¦lites que existen. S¨®lo me queda animar a la profesora Rivas y a todos sus colegas a que contin¨²en porfiando desde las aulas por la cultura musical en Espa?a.
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