Tres ideas para redescubrir Granada

1 El barrio del Realejo

No hay turista que se precie que no suba hasta el barrio del Albaic¨ªn. Desde all¨ª, las vistas sobre la Alhambra son insuperables y el d¨¦dalo de callejas promete tipismo. Sin embargo, aunque mucho menos conocido, el barrio del Realejo, junto con el de Antequeruela, tiene tambi¨¦n su atractivo. El Realejo primitivo surgi¨® de los arrabales de los Alfareros, extramuros de la medina musulmana, cobrando entidad como tal a finales del siglo XIII. Era en los arrabales donde la realeza construy¨® sus almunias, o casas de recreo, para descongestionar la ciudad ¨¢rabe. De entonces data el Cuarto Real de Santo Domingo, un palacio nazar¨ª que la reina Dar al Horra vendi¨® a los Reyes Cat¨®licos tras la conquista de Granada en 1492. Actualmente est¨¢ en plena restauraci¨®n a la espera de abrirse al p¨²blico. Su interior reserva una espl¨¦ndida c¨²pula de par y nudillo, z¨®calos alicatados y azulejos de reflejo met¨¢lico.

Tras la ca¨ªda del reino nazar¨ª, el Realejo se convirti¨® en ciudad conventual por excelencia. Se fundaron, entre otros, los conventos de las comendadoras de Santiago, el de Bel¨¦n y el de Santa Cruz la Real, de la orden dominica, uno de los mayores y m¨¢s influyentes. Un pasadizo comunica lo que queda con la iglesia de Santo Domingo, tambi¨¦n del siglo XVI, muy estropeada, pero con sorprendente portada de tres arcos apeados sobre columnas d¨®ricas. Cerca de all¨ª, en la plaza del Padre Su¨¢rez, se sit¨²a la Casa de los Tiros, un palacete renacentista convertido en museo y archivo local, con bella fachada adornada de mosquetones acompa?ados del lema "El coraz¨®n manda".

El centro neur¨¢lgico del barrio es la plaza del Pr¨ªncipe, un espacio triangular, con una espesa arboleda, un ¨¢rea empedrada y un Cristo de los Favores rodeado de macetones floridos y ni?os gritones. La plaza est¨¢ rodeada de tascas y restaurantes, el ambiente es vecinal, y desde ella se contempla la inefable silueta del hotel Alhambra Palace y la Fundaci¨®n Rodr¨ªguez-Acosta. Desde all¨ª se trepa cuesta arriba hacia el barrio de la Antequeruela en direcci¨®n a la Alhambra, a trav¨¦s de un entramado sinuoso de calles blancas entre las que se ocultan c¨¢rmenes como el de los M¨¢rtires y la casa de Manuel de Falla. Uno de los rincones m¨¢s sugerentes es la Puerta del Sol, antiguo lavadero situado en una bifurcaci¨®n de calles desde la que se aprecia el barrio con cierta perspectiva que permite desentra?ar su trazado.

2 Caja de Granada

"Ah¨ª estoy yo" fue una de las descripciones que los granadinos regalaron inicialmente al coloso edificio proyectado por Alberto Campo Baeza que, desde 2001, acoge la sede central de la Caja de Granada, en las afueras de la ciudad. Nunca una catedral, un templo o un icono urbano cualquiera tuvieron la pretensi¨®n de ser discretos. Y el cubo de Campo Baeza tiene alma monumental y rotunda. Aunque inserto en un pol¨ªgono industrial de escaso inter¨¦s, se trata del ¨²ltimo icono de la ciudad, hasta el punto de que las visitas guiadas por el mismo, a cargo de la propia caja, se han multiplicado, pasando a formar parte de la oferta cultural al uso.

Austero y elegante en su exterior, con el hermetismo propio del cubo que representa, su interior revela toda la capacidad para provocar emoci¨®n. Destacan su enorme patio interior de hormig¨®n sostenido sobre cuatro pilares de 30 metros de altura por tres y medio de di¨¢metro, las cascadas de sol que, a trav¨¦s de los lucernarios de la cubierta, lo convierten en un impluvium de luz, y las transparencias causadas por las paredes interiores de alabastro. De distribuci¨®n sencilla, las oficinas se ubican en torno a este atrio con circulaci¨®n en anillo, asomando tanto a su interior como al exterior. Al tiempo que cumple perfectamente las necesidades planteadas por la caja: agrupar a los m¨¢s de 600 trabajadores y ahorrar energ¨ªa, el cubo de Campo Baeza muestra sin complejos su intencionalidad constructiva, que mezcla la monumentalidad romana con la herencia ¨¢rabe, expresada de forma clara en el jard¨ªn de naranjos con estanque, los juegos sutiles de luces y sombras, y el hermetismo exterior de esta perfecta kaaba moderna.

3 Palacio de Santa Paula

Es el ¨²nico hotel de cinco estrellas de Granada y est¨¢ ubicado en plena Gran V¨ªa. Perteneciente a la cada vez m¨¢s boyante cadena espa?ola AC, se trata de un convento del siglo XVI con claustro renacentista, al que se encuentra adosado un conjunto de casas hispano-¨¢rabes del siglo XIV y un palacete del XIX, todo ello restaurado y recuperado con gusto exquisito y criterios respetuosos, a cargo del arquitecto Lorenzo Marqu¨¦s y su equipo.

Una de las viviendas ¨¢rabes se reparte en torno a un peque?o patio porticado por tres de sus lados, y posee otro patio con capiteles califales y un arco de yeso con decoraci¨®n tallada. En esta zona, la m¨¢s ¨ªntima y cotizada por los clientes, se encuentra la habitaci¨®n 132, rematada por un espl¨¦ndido alfarje de madera pol¨ªcroma y labrada, que muestra una caligraf¨ªa ¨¢rabe de motivos religiosos. La decoraci¨®n se inscribe en la misma l¨ªnea de la cadena, y es c¨¢lida, c¨®moda y de dise?o limpio y funcional, aunque en este caso las antig¨¹edades no menudean, entremezcl¨¢ndose con objetos etnogr¨¢ficos y fotograf¨ªas de Isabel Mu?oz.

La otra zona del hotel se distribuye alrededor del patio renacentista con sus arcadas de medio punto y su galer¨ªa superior, formada de arcos escarzanos. En este espacio en el que predominan la piedra y el ladrillo se celebran toda clase de actos. A un lado se sit¨²a la que fuera la iglesia, con dos armaduras mud¨¦jares y muros cubiertos de frescos. Y asomando a la antigua capilla (que hoy sirve para organizar recepciones) a trav¨¦s de unas celos¨ªas se ubica la llamada suite del Obispo, una habitaci¨®n de 100 metros cuadrados en planta. El elegante El Claustro apuesta por una cocina con elementos tradicionales y creativos, a cargo de Juan Andr¨¦s Rodr¨ªguez.