Fragmentos del continuo perdido
Estos Fragmentos... -con los que Benegas gan¨® el XXIV Premio Esqu¨ªo de Poes¨ªa- tensan la especularidad entre dos tesituras: poema en verso, poema en prosa. Benegas hab¨ªa practicado ya ambos g¨¦neros: la prosa, en uno de sus mejores libros, Argon¨¢utica (1984), en cuyo pr¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde la adscrib¨ªa a "la estirpe de las Illuminations [de Rimbaud]". En Fragmentos... la alternancia de verso y prosa es la escena en que se rompe, se fragmenta la voz: el verso habla de "m¨ª" ("Tal vez yo vaya en pos de explicaciones / como cimas... / Nepales o Aconcaguas de extrema dificultad") y la prosa postula una tercera persona, como una divisi¨®n reduplicada: la del yo que se mira desde afuera, y que quiz¨¢s se encuentra en otra, en una imagen escindida: "No sabe escribir. Cree que escribir supone una libertad anterior a la escritura..."; o bien: "No tolera que se diga que lo escrito muestra algo".
FRAGMENTOS DE UN DIARIO DESCONOCIDO
Noni Benegas
Fundaci¨®n Caixa Galicia / Esqu¨ªo Madrid, 2005
85 p¨¢ginas. 6,90 euros
Como no hay signos de puntuaci¨®n y el interlineado es m¨¢s grande que la tipograf¨ªa, lo escrito aparece como el resto de una totalidad devenida imposible: "lo que vendr¨¢ / el hors champ / el silencio". Pero el fragmento es, al mismo tiempo que un impromptu, la marca de un continuo, lo visible de un todo sucumbido. As¨ª lo enuncia esa tercera persona: "Entonces se pone a vivir". La vida y la palabra, el car¨¢cter y el destino, el verso y la prosa, convergen, en su mutuo recelo, en un punto de necesario desencuentro, donde se escribe la imposibilidad simult¨¢nea de la escritura y de la renuncia a ella. Por eso Alejandra Pizarnik est¨¢ presente de la manera menos ingenua: no como modelo sino como mito, como apropiaci¨®n de lectura (Benegas, por ejemplo, no le dedica un poema sino que anota, al final de la p¨¢gina, "con Pizarnik"). Por eso Berenice -mito de pasi¨®n- s¨®lo puede tener entre sus manos "residuos fr¨ªos / de p¨¢rpados ardientes".
Noni Benegas (Buenos Aires, 1947) vive en Madrid desde 1975. En 1987 gan¨® el Premio Miguel Hern¨¢ndez con La balsa de la Medusa y, diez a?os m¨¢s tarde, compil¨® (junto a Jes¨²s Mun¨¢rriz) y prolog¨® Ellas tienen la palabra, antolog¨ªa de la poes¨ªa espa?ola contempor¨¢nea escrita por mujeres, un cl¨¢sico instant¨¢neo. La poes¨ªa de Benegas parece afirmarse en esa inestabilidad: la del desterritorializado dentro de la misma lengua, lo que ella llama, en este libro, el "no-lugar". El de la poeta que se interroga -que interroga a la propia poes¨ªa- c¨®mo escribe una mujer, c¨®mo se enuncia una mujer en el poema. En esa traza, estos fragmentos ponen en escena, representan -de manera casi dram¨¢tica- una voz que busca sostenerse sobre el borde de lo indecible, una voz no parecida a ninguna otra.
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