La Madre Coraje de los seguros de vida
A veces ocurre que el Congreso de los Diputados aprueba una ley y la mayor¨ªa de los ciudadanos ni siquiera se enteran, incluidos aquellos a los que la normativa puede beneficiar directamente. Esto mismo podr¨ªa estar a punto de pasar en las pr¨®ximas semanas con la creaci¨®n del Registro de Seguros de Vida.
A menudo se dice que la pol¨ªtica est¨¢ alejada de los intereses de la ciudadan¨ªa, como si los pol¨ªticos fuesen seres extra?os que navegan por el ¨¦ter y piensan s¨®lo en sus cosas. Pero existe una relaci¨®n muy directa entre lo que ocurre en los parlamentos y las preocupaciones de las personas, hasta el punto de que en ocasiones la iniciativa, la preocupaci¨®n o la protesta de un solo ciudadano puede llegar a convertirse en una reforma pol¨ªtica que redunde en beneficio de la colectividad.
A mediados de 2006, por fin, est¨¢ previsto que funcione el Registro de Seguros de Vida, que garantizar¨¢ el cobro por parte de los beneficiarios, incluidas las p¨®lizas ligadas a tarjetas de cr¨¦dito
Y he citado la ley del Registro de Seguros de Vida porque es un caso paradigm¨¢tico de lo que estoy diciendo. De c¨®mo una ciudadana an¨®nima, cansada de reclamar sin ¨¦xito lo que cree que le corresponde, poni¨¦ndose en contacto con un diputado y explic¨¢ndole un caso de flagrante injusticia, puede conseguir que la ley cambie en provecho de todos. A alguien puede parecerle demasiado simple, pero la prueba de que no ha sido f¨¢cil es que han pasado cuatro a?os desde que la mujer dio el primer paso.
En febrero de 2001, una madre separada cuyo ex marido acaba de morir en un accidente escribe desde un pueblo de Lleida a un diputado en el Parlament. En la carta, la mujer explica que su ex marido ha dejado mucho dinero y bienes a su segunda esposa, pero en el testamento no fija una pensi¨®n para los dos hijos del primer matrimonio, todav¨ªa menores de edad. Lo que m¨¢s llama la atenci¨®n del diputado es, sin embargo, un p¨¢rrafo en el que la se?ora escribe: "Me estoy encontrando con que la viuda actual se ha negado en redondo a dar informaci¨®n sobre los posibles seguros de vida que su padre pudiese tener a nombre de mis hijos... Despu¨¦s de muchas indagaciones y de ir banco por banco a preguntar, consegu¨ª tras muchas s¨²plicas que algunos me diesen los extractos bancarios para saber qu¨¦ compa?¨ªas de seguros pagaba mi ex marido, pero no todos me lo dijeron". Y m¨¢s adelante, en la misma carta, la mujer revelaba algo que sorprendi¨® enormemente al diputado: "Las compa?¨ªas aseguradoras no tienen ninguna obligaci¨®n de avisar a los posibles beneficiarios y si ¨¦stos no reclaman antes de tres a?os, tienen derecho a quedarse con todo el dinero. Mientras los seguros de veh¨ªculos est¨¢n centralizados en un ¨²nico organismo y la polic¨ªa de tr¨¢fico puede saber en pocos minutos si un conductor tiene o no tiene seguro con una sola llamada, en los seguros de vida o accidente no ocurre lo mismo".
El caso es que se calcula que en Espa?a las compa?¨ªas aseguradoras se ahorran cada a?o decenas de millones de euros. Hoy uno de cada cuatro ciudadanos dispone de alg¨²n tipo de seguro de vida y accidente, aunque muchos lo ignoren. Muchas veces, los titulares desconocen tener el seguro porque ¨¦ste est¨¢ ligado a pr¨¦stamos e hipotecas, tarjetas de cr¨¦dito y paquetes tur¨ªsticos. Adem¨¢s, en los casos en que el titular del seguro muere, deben ser los beneficiarios quienes reclamen a las compa?¨ªas y a veces ni siquiera saben que son beneficiarios. Por eso, hasta ahora, las compa?¨ªas no han hecho nada por cambiar una normativa que les ha resultado tan beneficiosa. El a?o pasado, el seguro de vida en Espa?a sum¨® casi 19.000 millones de euros (m¨¢s de tres billones de pesetas).
A mediados de 2006, por fin, est¨¢ previsto que funcione el Registro de Seguros de Vida, que garantizar¨¢ el cobro por parte de los beneficiarios, incluidas las p¨®lizas ligadas a tarjetas de cr¨¦dito. Es el final de un largo camino iniciado en el Parlament en 2002 con la aprobaci¨®n de una proposici¨®n no de ley del grupo parlamentario Socialistes-Ciutadans pel Canvi y la inmediata presentaci¨®n en el Senado de otra iniciativa similar por parte de la Entesa Catalana de Progr¨¦s. El Congreso de los Diputados y el Gobierno socialista recogieron el guante y han llevado a buen puerto lo que empez¨® siendo solamente el lamento de una mujer an¨®nima en un pueblo del Pirineo.
Es obvio que la opini¨®n p¨²blica no tiene siempre la percepci¨®n de que la actuaci¨®n de los diputados y senadores pueda repercutir positivamente en su vida. Por eso hay que hacerse eco de todos los ejemplos positivos que van en la direcci¨®n contraria. Todav¨ªa hay ocasiones en que un solo hombre o una sola mujer, con su voluntad, su empe?o y su coraje, puede llegar a remover los intereses no siempre confesables de algunas grandes corporaciones.
?lex Masllorens es periodista y diputado en el Parlament (PSC-CpC).
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