Marc Lawrence, actor
Especializado en papeles de villano, particip¨® en 170 pel¨ªculas
El actor Marc Lawrence muri¨® el pasado 27 de noviembre, a los 95 a?os, en la localidad californiana de Palm Springs, en EE UU. Lawrence siempre ser¨¢ recordado por sus potentes y agresivas interpretaciones en personajes de villano, sobre todo de g¨¢nster, en los que se especializ¨® durante m¨¢s de siete d¨¦cadas.
Lawrence, nacido en 1910, particip¨® en m¨¢s de 170 t¨ªtulos, algunos de ellos tan destacados como Cuando muere el d¨ªa (1941), de Henry Hathaway; Los inconquistables (1947), de Cecil B. De Mille; La jungla de asfalto (1950), de John Huston, y Diamantes para la eternidad (1971), de Guy Hamilton, en la que a¨²n estremece la secuencia en la que, junto con otros secuaces, arrojaba a la actriz Lana Word desde la terraza de un hotel hacia una piscina.
Su carrera quedar¨ªa marcada en el a?o 1951, debido a la detestable caza de brujas que el senador McCarthy desat¨® en el mundo de Hollywood, en su pertinaz b¨²squeda de actores, directores, guionistas y t¨¦cnicos que perteneciesen al Partido Comunista.Uno de los episodios m¨¢s sangrantes en la historia de la meca del cine, que marc¨® a decenas de profesionales, represaliados sin pudor por una industria que retroced¨ªa a las cavernas.
Lawrence tuvo que emigrar a Italia tras ser se?alado como izquierdista, aunque cediese y, lamentablemente, delatase a muchos de los suyos; bien es cierto que m¨¢s tarde se arrepinti¨® y pidi¨® p¨²blicas excusas. Incluso regresar¨ªa a Hollywood a finales de los a?os sesenta para retomar su trabajo y participar de nuevo en innumerables producciones y escribir, en 1971, su autobiograf¨ªa, titulada Confesiones de un gangster de Hollywood.
Marc Lawrence mostr¨® pronto su gusto por el mundo de la interpretaci¨®n, y ya participaba en funciones escolares durante su estancia en el instituto, antes de ingresar en el City College de Nueva York; tras dos a?os de trabajo teatral en la compa?¨ªa de Eva Le Galienne, sus ojos afilados, su rostro p¨¦treo y su imponente presencia llamaron la atenci¨®n de la Columbia, que le ofreci¨® un contrato cinematogr¨¢fico.
En los siguientes 60 a?os, de manera ininterrumpida y sin importar su edad, ejerci¨® de verdadero e inimitable "actor de car¨¢cter", e interpret¨® sin descanso m¨¢s y m¨¢s personajes, en su gran mayor¨ªa malvados, aunque ocasionalmente lo hiciera en alguna comedia, como Ag¨¢rrame ese fantasma, junto a la pareja Abbott y Costello.
Pero Lawrence era un actor de raza, con otros registros, aunque pocos directores le ofreciesen la oportunidad de mostrarlo; uno de ellos ser¨ªa el maestro Henry Hathaway, a cuyas ¨®rdenes interpret¨® un memorable personaje secundario sin rastro de maldad en el western The sheperd of the hills (1941).
Durante su exilio italiano, tras su paso por el execrable Comit¨¦ de Actividades Antiamericanas, participar¨ªa en decenas de filmes italianos, en especial spaghetti-westerns y pel¨ªculas gansteriles.
Y tras su regreso a Hollywood a¨²n mantuvo una ingente potencia interpretativa; lo atestiguan pel¨ªculas tan notables como Al este de Java (1969) y, en los a?os setenta, dos participaciones en la serie de filmes de James Bond, Diamantes para la eternidad, en 1971, y El hombre de la pistola de oro, en 1974.
Su actividad laboral fue fren¨¦tica hasta el ¨²ltimo d¨ªa, e incluso lleg¨® a escribir y dirigir varias pel¨ªculas de bajo presupuesto en los a?os noventa. Su ¨²ltima aparici¨®n en la gran pantalla recay¨®, como de costumbre, en un personaje secundario; fue en Loonely Tunes, de nuevo en acci¨®n (2003).-
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